Así se reinventan las principales calles comerciales gallegas

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

CESAR QUIAN

Los grandes grupos, con Inditex al frente, son el imán de clientes y negocios, y disparan el valor del suelo

07 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La ley de la oferta y la demanda no siempre vale para marcar el alquiler de las zonas de compras de Galicia. Pese a existir locales vacíos por efecto de la crisis, el coste por metro cuadrado mantiene el pulso que marcan los grandes (Inditex, Mango, Cortefiel, H&M, C&A). El recorrido a pie de campo constata que del millar de negocios que se reparten entre las 7 principales calles de compra, más del 50 % corresponden a cadenas y franquicias. 

A Coruña

La milla de oro cambia de sitio. La reforma de la plaza de Lugo en el año 2007 supuso el nacimiento de una nueva calle comercial, y tras la crisis se ha desvelado como la nueva milla de oro. A ello ha contribuido el interés de Inditex, que ha establecido en esta manzana comercios de todas sus marcas, y a los que se acaba de añadir la nueva tienda insignia de Zara, la más grande Galicia. La calle Real (y su prolongación por Riego de Agua) también atraviesa un momento dulce, y se han sucedido las aperturas de comercios y locales hosteleros, aunque también ha habido algún que otro cierre. Esta vía comercial mantiene el tipo, algo que le cuesta a San Andrés y Barcelona, castigadas por la crisis. 

Lugo

Entre el casco histórico y Rúa da Raíña. La milla de oro del comercio se localiza en el casco histórico, en las calles Raíña y Progreso. Con todo, la auténtica milla de oro la constituye la Rúa da Raíña entre las plazas de Santo Domingo y Maior. El precio del metro cuadrado en alquiler al mes ronda los 20 euros en la calle Progreso, mientras que en Raíña, dependiendo de la ubicación del local se sitúa entre 40 y 50 en los casos más caros. El precio de venta es muy variable, pero oscila entre 3.000 y 6.000 euros el metro cuadrado. 

 Ourense

Niveles de ocupación casi total. Paseo de Ourense se consolida como la milla de oro. La vía ha ido convirtiéndose poco a poco en el lugar deseado de las grandes multinacionales, que se han ido haciendo un hueco en la zona, desplazando así a los comerciantes tradicionales hacia calles del entorno, principalmente Santo Domingo o Concordia. Completa la zona de compras la zona de San Lázaro, en la que grandes marcas conviven con comercios tradicionales. Lejos de descender por la crisis, el precio medio de alquiler incluso se ha incrementado en los últimos años, situándose entre 2.500 y 3.000 euros al mes por un bajo de 40 metros cuadrados. Los niveles de ocupación están en torno al 98%. 

Pontevedra

Callejear por zonas peatonales con lista de espera. Ir de compras en Pontevedra implica callejear. Ninguno de los dos centros comerciales que rodean la ciudad ha logrado desbancar una milla que cada día es más dorada, gracias, en parte, a unas políticas municipales que buscan protegerla del estrangulamiento al que la someterían las grandes superficies. En Benito Corbal los bajos son muy codiciados, y la apertura de un H&M, una de las tiendas insignia de Pull&Bear, y un Mango Man en el reino Inditex ha conseguido que haya lista de espera. Solo el centro histórico puede ofrecer una alternativa al epicentro del comercio pontevedrés, con tiendas pequeñas y modernas, abiertas por emprendedores que tiran por lo vintage y las apuestas más arriesgadas, como barberías hipster o concept stores. La ocupación es del 95 %. 

Vigo

El comercio empieza a cambiar de acera. Príncipe manda en las compras de Vigo, pero la calle no es ya ni la sombra de lo que era. Los gigantes de la moda conviven con el fenómeno de las cadenas low cost y dibujan un perfil estereotipado en el que el que apenas queda rastro de historia. Más colorida y diversa se muestra Urzaiz, cuyo dinamismo empieza a cambiar a la acera de los números pares. La diferencia en el precio del metro cuadrado lo explica todo. Más de 30 euros por metro cuadrado de diferencia por solo cruzar al otro lado de la calle. 

Santiago

Dos escenarios que se complementan. En Santiago se puede hablar de dos escenarios comerciales, Ensanche y Casco Histórico, que se han visto afectados de manera diferente por la apertura de centros comerciales en barrios de la ciudad, y por la puesta en marcha del polígono de servicios de Costa Vella. El casco viejo, impulsado por la presencia masiva de turistas, se ha ido especializando en un comercio cada vez más dirigido a esta clientela, y las nuevas aperturas se centran básicamente en el sector de la hostelería y en el comercio de artículos de regalo frente a una caída del comercio más tradicional, que casi tiene una presencia testimonial en las calles del centro histórico. El Ensanche, durante años corazón comercial de Santiago, sufrió con la apertura del centro comercial Área Central y recientemente con As Cancelas; pero ha conseguido recuperar su empuje. En esta zona un local de 100 metros cuadrados oscila entre los 6.000 y 8.000 euros al mes. 

Ferrol

Resiste el pequeño comercio. La milla de oro del comercio en Ferrol se encuentra en un tramo de la calle Real en el que imperan las franquicias más conocidas. Son las que ocupan los bajos más amplios y las que pueden abonar precios más altos (hasta 6.000 euros por una de las esquinas más cotizadas). Apenas quedan espacios libres y más del 80 % está ocupado. Resiste el pequeño comercio que tiene bajos en propiedad o que ha renegociado alquileres por la crisis. En este último caso, las rentas rondan los 3.000 euros, mientras que en el resto de las calles del centro se sitúan en torno a los 1.800. Los comercios aseguran que su principal problema es la falta de servicios, como aparcamientos, y no el alquiler.

Con información de B. Abelairas (Ferrol), A. Lorenzo (A Coruña), M. Mosteiro (Santiago), C. García de Burgos (Pontevedra), M. Vázquez (Ourense), E. G. Souto (Lugo) y M. Sío (Vigo)