Raymond Torres: «La precariedad hace que la mayoría de los empleados jóvenes sean pobres»

ana balseiro CONSEJERO ESPECIAL DEL DIRECTOR GENERAL DE LA OIT

ECONOMÍA

SALVATORE DI NOLFI | EFE

El experto de la OIT pide «más atención» para el colectivo de ninis, ante el aumento en España de quienes ni estudian ni trabajan

28 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), presentado esta semana y dedicado a las tendencias del empleo juvenil en el 2016, alerta de que el desempleo entre los más jóvenes volverá a crecer en el mundo para rebasar el 13 %, a una décima del máximo histórico (13,2 %) del 2013. Raymond Torres, consejero especial del director general de la OIT para políticas de empleo y el futuro del trabajo, explica, sin embargo, que en este contexto las previsiones para España son de caída del paro, aunque destaca la difícil situación del colectivo, que con la crisis se ha convertido en el de mayor riesgo de caer en la pobreza, nada menos que el 22 %.

-A nivel global ustedes esperan que vuelva a aumentar el desempleo juvenil. ¿Por qué?

-Fundamentalmente, por el frenazo de la economía mundial, que afecta en especial a los jóvenes. A ello se suma que las bolsas de desempleo juvenil persisten, sobre todo en el sur de Europa y en el norte de África, donde el paro ha sido alto en los últimos años y sigue siéndolo. Pese a que en países como España se está reduciendo, la tasa está aún altísima, en el 46 %, más del triple de la media internacional y más del doble de la europea, que está en el 20 %. Además, el estudio señala que esto se produce a la vez que la tendencia histórica de una mayor incorporación de los jóvenes al sistema educativo: la tasa con formación universitaria superó el 40 % en el 2014, frente al 20 % del año 2000.

-Es decir, que los jóvenes están cada vez más formados, pero aún así no encuentran empleo...

-Exactamente. No encuentran trabajo o si lo hacen, está mal remunerado. Los trabajadores pobres son mayoría entre los jóvenes debido a esa precariedad.

-Y la situación se agudiza en España, con una tasa de paro desbocada.

-Sí. Según los últimos datos de Eurostat, aquí uno de cada cuatro jóvenes tiene un trabajo que no le permite salir de la pobreza. Como dice, en España, además, la tasa de desempleo está muy por encima de la de otras áreas geográficas. Pero en nuestra previsión, sin embargo, y contrariamente a lo que ocurre con otros países, a corto plazo creemos que disminuirá el desempleo juvenil. Ya cayó el pasado año, lo sigue haciendo en lo que llevamos de este y esperamos que continúe en los próximos dos ejercicios. Si bien es cierto que lo hace a partir de tasas muy elevadas.

-¿A qué se debe ese diferencial?

-Básicamente a dos factores: que la crisis ha sido más grave y prolongada que en otros países y que las políticas de ajuste posteriores provocaron una recaída de la economía, de la que se está saliendo gradualmente desde hace dos años. A esto se suma que en España no ha habido lo que sí tenían otros países, como políticas de empleo proactivas y eficientes, para evitar que la crisis recayera de forma tan acusada sobre el empleo. Es decir, que no hay modelos de protección eficientes del empleo, ni tampoco políticas activas que permitan volver al mercado laboral a quien ha sido expulsado. Esto en España es más débil. En este sentido, se puede hablar de fracaso de las políticas activas de empleo.

-Pero esperan que la tasa de paro juvenil siga cayendo aquí. ¿A qué obedece? ¿A que realmente encuentran empleo, a que se van del país o a que tiran la toalla y pasan al limbo de los nini?

-Hay un poco de todo. Hay jóvenes que prefieren seguir en el sistema educativo, lo que automáticamente hace disminuir el desempleo. También están los nini, que ni estudian ni participan en el mercado laboral, están excluidos y es muy preocupante. Es un colectivo al que habría que prestarle más atención, necesitan dispositivos específicos para que no se desvinculen del mercado de trabajo y tengan una segunda oportunidad, porque hay un preocupante aumento de la tasa de inactividad de este tipo de jóvenes. Y por último, hay jóvenes que encuentran trabajo en mayor medida que en épocas anteriores, por la reactivación económica. Tienen titulación, están cualificados: ingenieros, informáticos, atención a personas, turismo... Es un año histórico para el turismo en España y se nota en el empleo.

-En sus informes ponen el foco sobre la precarización...

-Sí. Porque encuentran empleo, ¿pero qué tipo de empleo? Principalmente temporal, interino o a tiempo parcial no deseado.

-¿Qué hacer ante eso?

-Hay que buscar fórmulas para estabilizar este tipo de empleo. Por ejemplo, en el turismo se crean puestos. Pero hay que hallar modos de desestacionalizarlo y de mejorar su calidad, con lo que se creará empleo más estable. España tiene un notable potencial de diversificación del sector turístico, que requiere políticas que no solo son la reforma laboral, pero que son importantísimas para el empleo.

«La temporalidad perjudica a la juventud y las reformas no han acabado con ella»

Torres pone el acento en que es necesario «evaluar» los resultados de las últimas reformas acometidas en el mercado laboral y recuperar el diálogo con los agentes sociales de cara a cualquier modificación, para incrementar su eficacia.

-Habla de la reforma laboral. ¿Qué habría que hacer: derogarla, ajustarla, ampliarla?

-En este momento lo más importante, me parece a mí, es evaluar las reformas que se han realizado en los últimos años, que ha habido bastantes. Y lo que conviene es evaluarlas, teniendo en cuenta que algunas ya se sabe que lo que han producido es una disminución importante en la cobertura de los convenios colectivos, y ahí hay que pensar en cómo mejorar esa cobertura, porque muchos grupos o sectores se ven ahora desprotegidos y son más vulnerables a cambios bruscos en sus condiciones laborales y eso perpetúa cierta pobreza laboral también.

-¿Borrón y cuenta nueva entonces?

-No quiero entrar mucho porque hay un debate electoral y político en estos momentos y no me corresponde, pero creo que evaluar, teniendo en cuenta a los agentes sociales, es fundamental. Hay que ver lo que han hecho otros países y cómo ha funcionado. Las reformas de Austria y Holanda han funcionado bien. Incluso en Italia, cuya última reforma fue consensuada en parte, no está produciendo malos resultados, teniendo en cuenta la atonía de la economía italiana. El desempleo allí es del 12-13 %, que es bajo con respecto a la situación que tienen, que es peor que la de la economía española.

-Es decir, que la reforma aquí no ha funcionado.

-Insisto en que conviene evaluarla porque hay otros sistemas posibles de regulación del empleo y del despido, y que lo más importante es consensuar con los actores sociales otro sistema, porque el actual no ha surtido sus efectos. Basta con mirar las cifras fríamente para ver que la temporalidad se mantiene todavía en un nivel alto, y eso perjudica especialmente a los jóvenes. La dualidad no se ha resuelto con las últimas reformas.