El endeudamiento ante la crisis de precios ahoga a los ganaderos gallegos

Xoán Ramón Alvite Alvite
xoán ramón alvite REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

MARCOS CREO

En un año deben 75 millones más a bancos y proveedores, al no poder cubrir los costes

22 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Una buena parte de las granjas lácteas gallegas se encuentran en una situación económica y financiera muy delicada tras más de un año de severa crisis láctea. Con los precios más bajos del último lustro, y después de 12 meses en los que las cotizaciones medias en origen apenas han servido para cubrir los costes teóricos de producción, no resulta extraño que el sector se encuentre contra las cuerdas. Tanto es así, que su nivel de endeudamiento solo en el último año ha engordado en unos 75 millones de euros. Y, lo que todavía es peor, sin expectativas claras de mejoría a tenor de la evolución que ha venido registrando el precio de la leche en los últimos meses.

Esta circunstancia está propiciando que más de la mitad de las granjas estén perdiendo dinero con su actividad y que el volumen de sus deudas siga creciendo a razón de entre dos y cinco céntimos con cada litro de leche que producen. Si se toma como referencia esta última cifra, el montante del pasivo de las granjas llegaría incluso a superar los 125 millones de euros. Y sin contar las deudas ya contraídas.

Estas son, al menos, las cifras que arrojan los estudios de costes de varios grupos de gestión técnica y económica de explotaciones que vienen funcionando en Galicia y que apuntan a que, mientras el precio medio que reciben las granjas apenas superó durante el primer semestre los 30 céntimos (primas por calidad e IVA incluidos), los costes totales de producción oscilaron entre los 28 y los 36 céntimos.

«A situación varía de forma substancial dunhas granxas a outras en función, principalmente, da carga financieira que teñan derivada da modernización de instalacións», apunta Jesús Otero, presidente de la Cooperativa Agraria Provincial, en una opinión que también comparte José Moreira, director técnico de la asociación de criadores de frisón Africor-Coruña.

«Resulta incomprensible como co nivel de endebedamento que rexistran moitas granxas aínda logren permanecer en activo. Cada vez máis cooperativas e sociedades agrarias optan por reducir os salarios ou directamente por non cobrar para lograr aguantar e non ter así que verse obrigados a pechar as portas», afirma este profesional que reconoce que solo aquellas granjas más eficientes lograrán salir de la actual crisis del sector. 

Los otros afectados

La morosidad se ceba con talleres y empresas de servicios en Galicia. Y es que buena parte de la deuda que registran a día de hoy las granjas la tienen comprometida con comerciales veterinarias, fábricas de piensos, talleres de maquinaria y, sobre todo, con empresas de servicios agrarios de las que dependen para la realización de la mayoría de trabajos de siembra o recogida de cosechas.

Esta situación está provocando que se tengan que llegar a acuerdos con los suministradores.

«A día de hoxe, a maioría dos provedores, cooperativas e empresas de maquinara actúan coma verdadeiros banqueiros cos gandeiros, permitíndolles aprazar ou fraccionar os pagos porque o diñeiro non chega», apunta Román Santalla, productor lácteo y responsable de ganadería del sindicato UPA, matriz estatal de Unións Agrarias, que estima que la deuda media de las granjas gallegas oscila entre los 55.000 y los 70.000 euros; y que se eleva por encima de los cien mil en aquellas explotaciones en las que se incorporaron jóvenes y se llevaron a cabo mejoras.

Esto supondría que en el sector primario gallego el pasivo total rondaría los 500 millones.

Además, se produce esta situación de mayor endeudamiento en un sector, el del campo, tradicionalmente buen pagador con el sector financiero, frente a los grandes quebraderos de cabeza que le ha dado el negocio inmobiliario e industrial durante los años de recesión.

Renegociando préstamos y líneas de crédito

El sindicalista y ganadero dezano Román Santalla critica la actitud de las entidades de crédito que, según apunta, han endurecido las condiciones para que los productores puedan acceder a financiación rebajando el valor de la propiedad como aval.

«Moitos créditos agrarios xa teñen a vivenda como aval porque o resto de instalacións e terras ou ben non as admiten ou ben nos as valoran suficientemente. Para colmo, algunha entidades poñen máis trabas á hora de renegociar créditos ou liñas de financiación de moitas explotacións», apunta este veterano del sector.

Este extremo es confirmado incluso por el director de una sucursal bancaria de la comarca del Xallas, que reconoce un cambio de tendencia a la hora de facilitar créditos u otras lineas de financiación a las granjas en los últimos meses, ante la crisis de precios en el lácteo. «A verdade é que as esixencias son máis elevadas que fai un par de anos aínda que supoño veñen derivadas da mala situación económica pola que atravesa o sector», apunta este bancario que prefiere mantener el anonimato y que, pese a reconocer que el ganadero sigue siendo un sector de baja morosidad, confirma que en su sucursal han optado durante los últimos meses por cancelar las líneas de créditos de algunas granjas o bien por reducir su importe «para minimizar posible riesgos». En el sector financiero no esconden la preocupación por el momento que atraviesa un sector estratégico, por todo lo que mueve, en la economía gallega.