El déficit y la recaudación condicionan futuras rebajas de impuestos

D. Valera / Colpisa MADRID

ECONOMÍA

Fernando Alvarado | EFE

La reforma fiscal, que incluía una rebaja del IRPF y del tributo de sociedades, fue recibida con escepticismo por la Comisión Europea

14 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La reforma fiscal, que incluía una rebaja del IRPF y del impuesto de sociedades, fue recibida con escepticismo por la Comisión Europea, y el incumplimiento del déficit el año pasado y los malos datos de recaudación del primer semestre del 2016 han confirmado los peores temores de Bruselas sobre el efecto de la reforma en los ingresos.

En concreto, la medida tuvo un impacto negativo de 7.846 millones en los recursos tributarios. Por ello, cualquier rebaja a corto plazo, como la anunciada por el PP en campaña electoral sobre recortar dos puntos los tipos del IRPF, queda muy comprometida.

Desde Hacienda insisten en que fue la rebaja fiscal una de las claves para que España mantuviera un crecimiento intenso del 3,2 % el año pasado, el doble que la media comunitaria. Sin embargo, la caída en un 5,5 % de los ingresos del Estado en el primer semestre deja sin margen de maniobra al próximo Gobierno en materia impositiva, salvo que quiera poner en peligro el nuevo objetivo de déficit pactado con Bruselas.

De hecho, todo apunta a que los cambios fiscales más inmediatos irán encaminados a captar nuevos recursos. Así ha ocurrido con sociedades, cuyo pago fraccionado se desplomó a la mitad hasta junio. Ese hundimiento ha llevado al Gobierno a anunciar que reimplantará el cobro adelantado del impuesto -vigente entre el 2012 y el 2015-, que obligará a las empresas con una facturación superior a los 20 millones a adelantar el abono fraccionado con un tipo mínimo de entre el 20 % y el 25 %. El Ejecutivo espera conseguir así 6.000 millones este mismo año.