El hijo del un teniente alcalde de Santiago coronado rey del sector

f. f. REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

La asociación de empresarios gallegos en Madrid le concedió a Clemente González Soler el premio Victoriano Reinoso al industrial más destacado del año

12 jul 2016 . Actualizado a las 11:22 h.

A Clemente González Soler (Cartagena, 1950) se le quedaba pequeño Santiago, donde se crió. Lo confesaba él mismo hace tres años en una entrevista publicada por un periódico gallego. En ella relataba que a los 15 años quiso ser libre, independiente y dejar el hogar familiar. Su padre, Clemente González Peón, abogado de profesión, había sido teniente alcalde de la ciudad y, de hecho, fue el responsable de la peatonalización del casco antiguo. A regañadientes dejó que su hijo se marchase a Madrid, con 17 años, a estudiar Ingeniería Aeronáutica. Y así empezó todo. En tercero de carrera, González Soler empezó a hacer prácticas en la planta de Alicante de la empresa nacional del aluminio (Endasa), que más tarde fue para Alcoa.

La planta de Alicante en la que hizo prácticas es una de las que adquirió Atlas. Con 26 años fue nombrado responsable de Ingeniería de la empresa pública para centrarse en 1981 en la exportación de laminados como director comercial. Cinco años después se trasladó a Madrid. Así cuenta él cómo fue ese aterrizaje: «Pedí dos créditos de 250.000 pesetas, alquilé una oficina en el edificio donde aún sigo y contraté una secretaria. Representaba a tres multinacionales para vender aluminio en España y Portugal y empecé a comprar empresas que iban mal. Luego me ficharon en Alcan, la aluminera más importante de Canadá». Pero nada parecía ser suficiente para este empresario gallego, que a finales de la década de los 80 creó el grupo Alibérico, con el que ha conseguido la corona de rey del aluminio, como se le conoce.

El empresario es también muy activo fuera de su compañía y acaba de ser elegido presidente de Ifema, el consorcio ferial de Madrid. También es miembro de la junta directiva del Instituto de Empresa Familiar, vicepresidente de la CEIM (Confederación Empresarial de Madrid), miembro del comité ejecutivo y CEOE y vocal en el Club Financiero Génova. En el pasado fue también responsable de la asociación para el desarrollo de la empresa familiar de Madrid (Adefam) y presidente y vicepresidente respectivamente de las organizaciones de aluminio europeas Estal y Eafa. La asociación de empresarios gallegos en Madrid le concedió en enero pasado el premio Victoriano Reinoso al industrial más destacado del año por su capacidad para crear desde cero todo un imperio.