Bruselas asume su fracaso en la crisis láctea y pide al sector que se autorregule

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / LA VOZ

ECONOMÍA

El comisario de Agricultura enfría ahora la expectativa de habilitar ayudas de emergencia

27 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Bruselas no intervendrá en el sector lácteo, pese a la grave crisis de precios que ahoga a miles de explotaciones (y de familias) en Galicia. Lo dejó ayer meridianamente claro el comisario de Agricultura, Phil Hogan, ante la Eurocámara. No importa cuánto sigan cayendo los precios del litro de leche (a poco más de 28 céntimos en Galicia, y a 27 en el conjunto de la UE) ni cuánto aumente la producción (6 % en los últimos tres meses). La Comisión no subirá el precio de intervención ni forzará a los Estados o productores a alcanzar acuerdos para reducir la oferta en el mercado. «Me he reunido con Copa-Cogeca [agrupación de cooperativas y sindicatos de ganaderos] y les he dicho que depende de ellos si usan o no el artículo 222 de la Organización Común de Mercados para aunar fuerzas», aseguró antes de insistir en que los acuerdos para la reducción de la producción son voluntarios.

¿Funcionará el libre albedrío en el sector? No hay motivos para ser optimistas. «Algunos países de la UE están alentando a sus ganaderos a producir más leche», denunció el eurodiputado británico James Nicholson. Es el caso de Alemania, Holanda, Irlanda y Polonia, que inundan el mercado. La guerra de precios deja cada mes en la estacada a 65 explotaciones españolas, la mayoría gallegas y los grandes productores aumentan la oferta asumiendo pérdidas para dejar fuera de juego a competidores menos resistentes. 

Sí habrá margen de maniobra para el aumento del techo de intervención pública para la leche desnatada en polvo a precio fijo. Se incrementará de las 218.000 toneladas actuales a las 350.000.

En cuanto a las demandas de nuevos fondos, Hogan asegura que hay otras prioridades en la UE aunque no descarta el uso de fondos de emergencia de la PAC. Eso sí, antes de desembolsar más cheques exige que se usen todas las ayudas del paquete de 500 millones de euros del pasado septiembre. Solo se ha inyectado a los ganaderos el 56 % del total. Francia es uno de los ocho socios que todavía no los ha agotado, bloqueando la movilización de nuevos fondos. 

Los ministros esperan que el temporal amaine solo: «El tiempo dirá si los paquetes de ayuda están a la altura», aseguró, resignado, el ministro holandés, Hans Hoogeveen, en nombre de la presidencia del Consejo. Ni él ni Hogan se atreven a certificar el fracaso de las medidas. Lo admiten con la boca pequeña. «No somos los únicos culpables de la crisis. Solo podemos actuar dentro del marco legislativo en vigor», trató de justificarse el comisario irlandés.

Pero la estrategia de echar balones fuera y apuntar a la falta de organización del sector ya no convence a nadie. Ni siquiera a los eurodiputados de su familia política. En el grupo de conservadores se multiplican las voces críticas que solicitan intervención pública urgente. «Los hechos son pavorosos. Las ayudas no han tenido los efectos deseados», reconocía el polaco Siekierski. El alemán Peter Jahr, otrora abanderado de la liberalización, asumía ayer la derrota: «No hemos gestionado bien la crisis eliminando las cuotas».  

Ofensiva española

Los populares españoles exigen a medidas a Hogan, a pesar de que la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, salió del último consejo con «todas las demandas atendidas». El gallego Millán Mon, insistió en la subida del precio de intervención. Lidia Senra (AGE), acusó al irlandés de «mentir» al culpar de la crisis a los ganaderos y alertó de la manga ancha con las ayudas de Estado: «Se condena a los ganaderos de los países más empobrecidos». José Blanco (PSOE), aludió al fracaso de las medidas en Galicia: «En mi tierra el sector languidece. Miles de explotaciones están en riesgo de cerrar. No sigan ciegos».