De pagar por pasarse ordeñando a las vacas, a cobrar por no producir leche

Xoán Ramón Alvite Alvite
Xoán Ramón Alvite REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Ana Garcia

Europa dará carta blanca a los Estados para que subvencionen los recortes de la producción

20 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

En poco más de un año los ganaderos podrían pasar de tener que pagar dinero por producir más leche de la cuenta (la supertasa) a cobrar por hacer justamente lo contrario. Si durante el último trimestre del 2015 la mayoría de las granjas gallegas tuvieron que realizar importantes esfuerzos para ceñirse a su cuota láctea y no tener que pagar multa por superar los cupos -finalmente 150 ganaderos se vieron obligados a desembolsar más de once millones de euros-, ahora la propuesta de la Unión Europea de reducir la producción abre la puerta a cobrar por no producir.

¿En qué consiste la propuesta comunitaria?

Básicamente en permitir que los distintos Estados miembros puedan, de forma voluntaria y unilateral, decidir un recorte de la producción láctea. Europa no subvencionará esta práctica pero sí dará carta blanca para que lo hagan los países que quieran.

¿Qué se busca?

Aliviar el mercado ante el fuerte desequilibrio que existe en este momento -y desde hace ya bastante tiempo- entre oferta y demanda. Circunstancia esta que provoca una presión constate a la baja sobre los precios de la materia prima en origen. De hecho, hace más de un año que la cotización de la leche gallega ni siquiera alcanza el listón de los 29 céntimos por litro.

¿Qué va a hacer España?

De momento se desconoce cuál será la postura definitiva del país, aunque gana enteros la propuesta comunitaria. De hecho, la propia ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, reconoció en conversaciones en el marco de la Inlac (Interprofesional Láctea) la conveniencia de establecer une sistema de compensaciones para aquellas granjas que decidan retirar leche del mercado.

¿Qué harán los demás?

Entre los principales países productores de Europa, solo Francia se ha posicionado claramente a favor de reducir la producción. Conviene recordar que el país galo, segunda potencia láctea del Viejo Continente, con más de 25 millones de toneladas anuales, es también uno de los territorios con más excedentes.

Por su parte Alemania e Irlanda, primer productor y estado donde más han crecido las entregas de leche en los últimos años, respectivamente, han mostrado su negativa inicial a secundar esta medida de recorte de la producción.

¿Qué piensan los ganaderos?

Las principales organizaciones profesionales agrarias consideran la medida acertada siempre y cuando se blinde la entrada de leche foránea. Escaso resultado tendría el dejar de producir a costa de aumentar las importaciones. También existen voces críticas que critican que este tipo de medidas se lleven a cabo en un país como España que es claramente deficitario -apenas produce el 72% de lo que consume- desde el punto de vista del mercado lácteo.

¿Qué recorrido puede tener esta propuesta?

Varios expertos coinciden en señalar que muy poco si no se lleva a cabo de forma mayoritaria en toda Europa. De hecho, los hay incluso que van más allá y expresan serias dudas sobre la efectividad de la medida si no se llega a un acuerdo entre las principales potencias lácteas del planeta para aplicarla de manera conjunta Y eso por el carácter global que ha alcanzado el mercado lácteo.

¿Tiene Europa un plan B por si falla esta medida?

Todo parece indicar que no. De hecho, el responsable europeo de Agricultura, Phil Hogan señaló en una entrevista a este periódico que la Comisión Europea no tiene intención de intervenir sobre los precios de la leche, tal y como les demandaban algunos Estados miembros, pues entiende que esto solo agravaría la actual situación.