Paradojas laborales

Albino Prada
Albino Prada TRIBUNA

ECONOMÍA

29 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El arranque del año ha sido peor que el del pasado en cuanto a los flujos laborales que evalúa la encuesta de población activa en España, pues mientras en el 2015 se redujo el número de desempleados, este año se incrementan. Sin embargo al indagar en las razones que lo explican, paradójicamente, la comparación no es tan desfavorable.

Las dos fuerzas que explican la evolución de los parados son la evolución del empleo (los ocupados) y de la población disponible para trabajar (los activos). Pues bien, en el conjunto de España la destrucción de empleo con la que empezamos este año es la mitad de intensa que la del año pasado. Esto es, obviamente, una buena noticia. Y, además, el declive de la población activa se ha reducido, en tasa, a la mitad del pasado año. También esto es una buena noticia ya que cabe suponer que la propensión a emigrar, a retornar al país de origen o al desánimo laboral se ha reducido.

De manera que en España dos factores -activos y ocupados- menos malos que en el 2015 dan como resultado un dato de paro peor que entonces. Yo vería la botella medio llena: hay mucha tarea pero las fuerzas de fondo, de momento, son esperanzadoras.

En Galicia todo sucede exactamente al revés. El dato de desempleo estimado del primer trimestre es mejor que el del año pasado pues creció menos de la mitad (5.100 personas frente a 11.900) y, pese a ello, las fuerzas de fondo son radicalmente preocupantes.

Porque, por un lado, la destrucción de empleo en Galicia ha sido en este pasado trimestre el triple de intensa que en el conjunto de España. ¿Y entonces cómo el dato de paro es mejor? Pues porque el segundo factor -la población activa- se sigue desplomando. En Galicia una mayor destrucción de empleo combinada con una creciente emigración y desánimo dan como resultado un mejor dato de paro que el año pasado. Ni para sacar pecho ni para ver la botella medio llena.