La banca gana tiempo y recurre el fallo para evitar suprimir ya la cláusula suelo

Rubén Santamarta Vicente
Rubén Santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Pilar Canicoba

Luxemburgo dictaminará a finales de mes si se tiene que devolver todo lo cobrado de más

09 abr 2016 . Actualizado a las 09:44 h.

La ejecución de la sentencia de un juzgado de Madrid ordenando a más de 30 entidades financieras españolas a que supriman la cláusula suelo -la mayor sentencia hasta la fecha por este asunto- tendrá que esperar. La banca ha puesto en marcha su maquinaria judicial para evitar que el fallo tenga una aplicación inmediata, según explican fuentes bancarias. Aquellos que ayer se acercaron a su oficina a pedir que se diera cumplimiento a la sentencia se encontraron con un no de la entidad.

Los bancos articulan la negativa sobre dos supuestos. Primero, que la sentencia no es firme y que hay 20 días para recurrirla; y que solo afecta a aquellos que se adhirieron a la macrodemanda colectiva de Adicae, la organización que inició este proceso hace casi seis años. El más explícito en explicarlo ayer fue el número dos del Banco Sabadell, Jaume Guardiola: «Es una sentencia esperada que ratifica, no rectifica, la del Supremo [del 2013] en el sentido de que las cláusulas suelo son lícitas y legales, pero que pueden ser nulas si no son transparentes. El banco hará recurso para conseguir que se le dé la razón». Sus pasos los seguirán, salvo sorpresa, otros bancos a los que este proceso les puede hacer bastante daño, como Popular (donde está el Pastor), Caixabank, Bankia o Liberbank o Santander (BBVA ya la quitó en el 2013, por exigencia del Supremo).

Solo a estos bancos, los cotizados, devolver todo lo cobrado de más por las cláusulas, hasta mayo del 2013 como dice el fallo del juzgado de Madrid, les costará entre 1.400 y 1.500 millones de euros, según los cálculos que ayer hacían analistas internacionales como N+1 y Kepler. A ello hay que sumar el impacto posterior en sus cuentas, al reducir sus ingresos por el cartera hipotecaria. Para los seis grandes, un informe de ayer de otra casa de análisis, Mirabaud, calculaba una pérdida este 2016 de unos 13.000 millones en su margen de intereses (la primera línea de negocio, la que mide el rendimiento de los créditos y el pago de los depósitos).

260 euros menos al mes

Un ejemplo explica bien el impacto. Un cliente con un suelo en su hipoteca del 3 % (con un diferencial del 1 %), para un préstamo de 200.000 euros, paga unos 900 euros de letra al mes, sin posibilidad de reducirlo, aunque baje el euríbor; si se le quita el suelo y se le aplica la bajada de ese índice, pasará a pagar 640. Una diferencia de 260 euros al mes. Multiplíquese eso por cientos de miles de clientes en toda España.

De ahí que la banca esté haciendo todo lo posible por ganar tiempo, con sus recursos a esa sentencia ante la Audiencia Provincial, y la posibilidad de llegar incluso al Supremo. De esta forma, podrá ir engordando su hucha de provisiones para afrontar mejor lo que parece irreversible: que se termine generalizando la supresión de esa cláusula.

A la banca cotizada devolver el dinero hasta mayo del 2013 (lo que dice esta última sentencia) le costará esos 1.500 millones; para el conjunto del sector se calcula otro tanto, hasta 3.000 millones en conjunto. Puede ser asumible, sobre todo porque la mayoría de entidades tienen provisiones suficientes para cubrir esa contingencia.

Lo que ya parece bastante más complicado es reintegrar todo lo cobrado de más, desde el mismo momento en que se suscribió la hipoteca. Es lo que se llama la retroactividad total, a la que se ha resistido siempre el Supremo, alegando que hacerlo ocasionaría un quebranto enorme al sector. Pero puede pasar. Está en manos del Tribunal de Justicia de la UE, en Luxemburgo, que se reúne el día 26 de este mes, y que podría fallar que si la cláusula suelo es nula, lo es desde su origen, no solo desde mayo del 2013.

El roto ahí, estiman los analistas, rondará los 10.000 millones de euros, solo en esas devoluciones. En un momento como el actual para la banca, un varapalo de consecuencias incalculables.