Los créditos no se han comido el patrimonio de Pescanova

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

M.MORALEJO

La nueva dirección reunirá mañana en Madrid al consejo de administración para presentar el balance

29 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Las nueva Pescanova, que está mayoritariamente controlada por los bancos acreedores, cerró el 2015 con un patrimonio neto positivo. Una auditoría encargada por la compañía que preside Jacobo González-Robatto a principios de este año, con Ignacio González ya incorporado a la empresa como consejero delegado, confirma una situación patrimonial «ligeramente positiva». Así lo han revelado fuentes conocedoras del balance que será sometido al análisis de los 12 miembros del consejo de administración, que ha sido convocado para mañana miércoles en Madrid.

Estas fuentes aclaran que, pese a esta realidad, la situación económica de Pescanova requerirá de todos modos una ampliación de capital para que la compañía pueda acometer el plan de negocio marcado y garantizar la competitividad de la empresa. El resultado que arroja esta auditoría de los bancos contrasta con la denuncia de vacío patrimonial por una parte del viejo accionariado.

Pescanova SA, titular el 20 % de Nueva Pescanova, remitió hace una semana a la CNMV una revisión de los estados financieros de la empresa (del 1 de diciembre del 2014 al 30 de noviembre del 2015) en la que alerta de la entrada en patrimonio negativo de la compañía que, en el momento de su constitución, el 30 de noviembre del 2015, y, según estos accionistas, alcanzaba los 70 millones de euros.

Un 20 % muy molesto

El comunicado enviado al regulador sostiene que la causa de este vacío patrimonial es el crédito supersénior por valor de 125 millones firmado por las entidades en condiciones que, según la vieja Pescanova, están por encima de mercado. «La comisión de 300 millones de euros a pagar en 20 años y con un interés del 1 %, es un sobrecoste que se come ampliamente los 70 millones de patrimonio de Nueva Pescanova», afirman los accionistas.

Los bancos propietarios ahora de Pescanova (Popular, Sabadell, Abanca, Bankia, Caixabank, BBVA y UBI) han fijado para el próximo 1 de agosto la ampliación de capital con la que, además de reforzar a la compañía, pretenden hacer desaparecer al 20 % de la antigua sociedad con la que mantiene un continuo enfrentamiento.

Los accionistas díscolos no se van a quedar parados viendo cómo la banca los diluye. Tienen intención de rearmarse con la vuelta a la cotización de sus acciones (congeladas en marzo del 2013). Ya han solicitado a la CNMV el permiso pertinente, pero el regulador les ha pedido que aporten datos fiables para poder valorar sus activos. Concretamente, auditorías limpias de Pescanova SA y Nueva Pescanova S L, así como el plan de negocio de esta última. La sociedad ya ha iniciado los contactos con posibles inversores, pero el tiempo juega en su contra.

Mientras, la nueva dirección del grupo sigue adelante con su misión de equilibrar las cuentas. Como parte de la política de reestructuración económica y financiera del grupo, la negociación colectiva que se ha planteado a los sindicatos incluye un plan de bajas, que afectará a 80 asalariados este año. Las conversaciones con los sindicatos, que arrancarán esta semana, conciernen a los 1.300 empleados de la compañía en España, la mayor parte de ellos en Galicia. Las negociaciones se producen tras el vencimiento de los convenios de las filiales Bajamar Séptima, Frinova, Pescanova, Pescanova Alimentación, Frigodis y Frivipesca.