Con Draghi solo no basta

Mercedes Mora REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

ARNE DEDERT | EFE

La política monetaria no es suficiente para sacar a la economía del letargo, hace falta inversión pública

12 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Dicen de Draghi que tiene magia en los dedos. Más bien en las palabras, que dirán otros. Pero, lo que el jueves salió de su chistera no fueron precisamente palomas. Lo que de su manga sacó el italiano fue todo un arsenal monetario. Se diría que casi toda la artillería que le queda al BCE para evitar el desastre: una nueva recesión cuando todavía retumba en los oídos el estruendo de la Gran Crisis.

Draghi ha dejado claro que va a por todas. Es la última y renovada versión de su tema más famoso: Watever it takes. Después de lo sucedido este jueves, surgen muchas preguntas. Ahí van algunas

¿Cuánta munición le queda al BCE?

Nadie le puede restar méritos a Draghi. Por mucho que algún que otro Gobierno haya intentado arrogarse el milagro de haber salvado a su país de las garras de los especuladores, fue el italiano -con sus conjuros y, sobre todo, con sus acciones- quien evitó que el euro saltara por los aires en el verano del 2012. Pero, los años no pasan en balde. Tampoco para Draghi. Y, aunque el banquero conserva su toque mágico, la munición se le está acabando. Ya lo ha hecho casi todo. Y eso que él insiste: «Hemos demostrado que no andamos cortos de munición», ironizó el jueves. «No hay límites. No nos rendiremos», dijo el 21 de enero.

Pero el italiano sabe que ha de andarse con pies de plomo. Porque adentrarse en el terreno inexplorado que suponen para la eurozona los tipos negativos es colocar toda una señora piedra en el zapato de la banca. No les será fácil a las entidades mantener los niveles de rentabilidad con semejante presión sobre sus márgenes de beneficio. Peligran las cuentas de resultados. Y no anda el sector financiero lo que se dice sobrado de confianza inversora. De ahí, la mano de cal que les dio Draghi el jueves: si emplean el dinero que les presta en dar créditos a empresas y familias, no solo no tendrán que pagar por esos fondos, sino que hasta cobrarán por la liquidez que pidan.

¿Será suficiente con lo que hará Draghi para sacar a la economía del letargo?

No. No hay más que ver todo lo que ha hecho hasta ahora, y nada. Una cosa son los mercados, que, ayer sí, descorcharon todo el champán que no se tomaron la víspera (el Ibex lo celebró con la mejor sesión del año y una subida del 3,69 %) y otra la economía real. Habrá que ver si esta última se suma a la fiesta, porque, de momento, y después de todas la munición empleada durante el último año por el BCE, lo que hay es lo que había: el paro por las nubes, la deuda -de Estados, empresas y familias- disparada y los precios danzando peligrosamente en la cuerda floja de la deflación.

Entonces, ¿qué es lo que hace falta?

Que los Gobiernos se remanguen y se metan en faena. Que se dejen de tanta austeridad y que inviertan. Que hace tiempo que Bruselas y los defensores de la ortodoxia fiscal parecen dormidos al volante.

Draghi lo sabe. Y también que Alemania no está dispuesta a apretar el botón de la expansión fiscal. Mantiene el italiano que la política monetaria ha hecho mucho y que hará todavía más. Pero, no lo puede todo. «El BCE está listo para hacer su parte [lleva meses haciéndola], pero los demás deben hacer la suya», suele repetir el guardián del euro. La pelota, pues, en el tejado de los Gobiernos. Ahí lleva meses. Y como si oyeran llover.