Bruselas exige a España un recorte de 8.600 millones

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS | CORRESPONSAL

ECONOMÍA

ORESTIS PANAGIOTOU | EFE

La Comisión resalta que Rajoy abrió la mano con el gasto en los meses previos alas elecciones

04 feb 2016 . Actualizado a las 23:13 h.

El déficit vuelve a ensombrecer los pronósticos de la Comisión Europea para la economía española. El agujero fiscal del país sigue abierto y es más ancho de lo previsto hace solo cuatro meses. Bruselas confirmó ayer al presentar sus previsiones de invierno que España cerró el 2015 con un déficit del 4,8 %, una décima más de la estimación de otoño y seis por encima del objetivo marcado (4,2 %). 

¿Por qué se ha producido esta desviación? Hay dos razones. La primera apunta a que el Gobierno de Mariano Rajoy aflojó el ritmo de consolidación fiscal y rebajó impuestos en los últimos meses previos a las elecciones. La segunda tiene que ver con las nuevas contrataciones públicas de las comunidades autónomas, incapaces de mantener a raya el gasto. 

El cierre del 2015 compromete las cuentas del  2016 y condiciona al futuro Gobierno español: «Esperamos una versión actualizada de los presupuestos cuando haya nuevo Ejecutivo», advirtió ayer el comisario de Economía, Pierre Moscovici. Bruselas exige ahorrar, ya sea aumentando ingresos o recortando gastos, 0,8 puntos del PIB. El esfuerzo equivale a tapar un agujero de 8.600 millones de euros. En cualquier caso, el déficit seguirá descontrolado hasta el 2017. Bruselas estima que este año España logrará reducirlo solo hasta el 3,6 %, lejos del 2,8 % que se había fijado para cumplir con el Pacto de Estabilidad. Toca negociar más flexibilidad para evitar las sanciones por déficit excesivo. 

PIB «robusto»

No es ningún secreto que el Gobierno español se encomendó en los últimos meses al fuerte crecimiento del PIB para justificar su mano laxa con el gasto. Bruselas hizo sus cálculos a la baja y se equivocó una décima. Según las previsiones actuales, la economía española creció el último año un 3,2%, por encima de la media de sus socios europeos, gracias a «la mejora del mercado laboral, el acceso al crédito, el aumento de la confianza y los precios a la baja del petróleo». Sin embargo, ese «robusto» crecimiento que apunta Moscovici se ralentizará este año hasta el 2,8 % y al 2,5 % en el 2017. El PIB se desinfla pero su progreso seguirá bajando el desempleo hasta el 20,4 % este año y el 18,9 %

en el 2017.

A pesar de las cifras positivas de crecimiento, Bruselas ve nubarrones en el horizonte. Los riesgos asoman por varios flancos. España acumula una deuda pública de más del 100 % del PIB y la privada sigue descontrolada. Estos dos factores dejan la economía a expensas de los vaivenes de los mercados si las turbulencias vuelven a la eurozona. 

Pero lo que quizá preocupe más a la Comisión sea el futuro político del país. Nadie puede garantizar que el nuevo Ejecutivo comulgará con la hoja de ruta que ha marcado Bruselas: «Los riesgos a la baja para el crecimiento se derivan principalmente de la incertidumbre que rodea la formación de un nuevo Gobierno», aseguran.