«Jamás pensé que me vería en el súper con la calculadora»

Alfonso Andrade Lago
a. Andrade REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

PACO RODRÍGUEZ

Comprar marcas blancas y evitar la permanencia en el móvil, son los trucos de ahorro de Carlos Mariñas

31 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La vida le sonreía como promotor inmobiliario en aquellos tiempos de bonanza de una España irreal. Pero llegó la crisis y, como un torrente, se llevó por delante los ladrillos y el modo de vida de Carlos Mariñas. Optó entonces por reconvertirse, apostó por emprender y montó en A Coruña, junto a otros socios, Noemborques, una empresa de rutas por Galicia en todoterreno, orientadas al turismo familiar. Diez años después se ha quedado sin socios y le resulta difícil llegar hasta el cliente «sin invertir en publicidad», pues para eso «hace falta dinero». Es decir, la pescadilla que se muerde la cola y que maniata a miles de emprendedores.

Llegar a fin de mes «es complicado» cuando los ingresos escasean y hay que vestir y dar de comer «a dos hijas que no paran de crecer». No queda otra que «buscar fórmulas de ahorro» a nivel doméstico, como «mirar mucho las ofertas» al hacer la compra. «Cuando era agente inmobiliario y me iba bien, jamás pensé que me vería en el súper con la calculadora», admite Mariñas, que ha visto «a algunos más con la misma técnica». Y ojo al veredicto de la máquina, porque resulta que «los paquetes ahorro, los llamados familiares, salen más caros a veces que los normales».

Como no hay mal que por bien no venga, en la situación actual ha descubierto que «entre comprar en un establecimiento y otro se puede ahorrar mucho dinero», y que entre las marcas blancas aparecen «auténticas maravillas».

Pero hay otras vías de ahorro: «Hace unos días se me estropeó la tostadora y necesitaba otra. Pues en vez de comprarla, la cogí con los puntos de la tarjeta de la estación de servicio y me salió gratis. Ahora me tengo que fijar en estas cosas».

Como en el contrato telefónico. Carlos asegura que es más rentable pagar el móvil pero evitar la permanencia en una compañía, «porque lo que el primer mes cuesta 20 euros, el segundo ya son 30». Así, no se casa «con nadie» y cambia cuando le interesa.

Mariñas lamenta las «enormes dificultades» que existen para emprender. «Los bancos te piden que avales personalmente, porque si tú no confías en tu proyecto, ¿quién lo hará? Pero si respondes con tus bienes y te das la galleta, remontar es casi imposible». Por eso ahora no quiere avales, «y no pido un crédito ni para atrás», sentencia. Prefiere ensayar otras fórmulas, como «incorporar» nuevos socios, «y si tengo que salir yo a repartir folletos, pues lo hago y punto», dice.

A diversificarse

En la dura lucha por sacar adelante su negocio, lo ha diversificado: actividades para empresas, cursos de formación para conducir todoterrenos... Gracias a eso ha podido subir con relativa tranquilidad la temida cuesta de enero. «Sí -confirma-, porque este mes tengo el arrastre de las carrozas de Reyes; así por lo menos trabajo». Y menos mal, porque en enero se le juntan «el seguro del vehículo y la ITV», además de los gastos propios de la época, «como regalos y comidas».

Sus objetivos vitales han cambiado a raíz de su experiencia: «Antes buscaba ganar, pero ya no tengo mucho interés en eso. Ahora me vale con vivir tranquilo, aunque siempre intentas dar lo mejor a tus hijos».

Para todos aquellos que quieran emprender, les da un consejo directo: asesorarse bien. En la Asociación de Emprendedores de Galicia (Ascega) dice haber encontrado un apoyo que escasea. «No entiendo lo de las ayudas de la Administración -se queja-. No puedo optar a una porque es para menores de 30 años. Yo tengo 45, pero ideas y experiencia. ¿Por qué no me puedo beneficiar?».