El crac del petróleo resucita la demanda de buques de pasaje en el naval gallego

Manoli Sío Dopeso
M. Sío Dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

ÓSCAR VÁZQUEZ

El pedido de ferris y catamaranes garantiza un repunte de los contratos este mismo año

19 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La tendencia a la baja del precio del petróleo y las previsiones de que esta situación se mantendrá en el futuro lleva meses afectando a la construcción naval y, en particular, a los astilleros gallegos especializados en buques de apoyo a la actividad extractiva en alta mar.

Con el barril de brent por los suelos -ayer bajó de 28 dólares con la vista puesta en la vuelta al mercado del crudo iraní, cuando hace año y medio se cotizaba por encima de los 100-, no hay pedidos de barcos para la industria petrolera, con excepción de los dos floteles que Navantia y Barreras entregarán este año a Pemex. Pero, por primera vez desde la crisis económica, el desplome del precio del combustible está haciendo repuntar la demanda de buques de pasaje en todo el mundo. Y en este río revuelto, los astilleros privados gallegos, expertos en la construcción de ferris y catamaranes, están consiguiendo posicionarse con éxito para ganarse la confianza de las navieras para las que durante décadas han sido referentes, como es el caso de Armas, Balearia, la vasca Suardíaz o Transmediterránea; pero también para las extranjeras.

Las negociaciones

Por ejemplo, el astillero Hijos de J. Barreras está a punto de anunciar la firma de un buque de pasaje de lujo (luxury yacht) para una compañía alemana. También Rodman Polyships, la división de barcos de poliéster del grupo Rodman (controlado en un 60 % por la multinacional China Sonangol) ha recibido el pedido de los dos primeros catamaranes (de un lote de diez unidades) para 350 pasajeros. Ni el nombre ni la nacionalidad de las armadoras ha trascendido.

La naviera canaria Armas, que recientemente ha anunciado una inversión de 12 millones de euros para construir en el puerto de Las Palmas la primera terminal de pasajeros privada de España, tiene en proceso de licitación dos ferris a los que optan varios astilleros españoles, entre ellos Armón, con una división en Vigo.

Durante años, Armas ha sido uno de los mayores clientes del naval gallego, concretamente de Hijos de J. Barreras, que entre los años 2006 y 2011 renovó la flota de ferris de la naviera canaria (hasta diez unidades). También Balearia, otra vieja conocida del naval gallego (construyó en Barreras su ferri más moderno, el Abel Matutes, en el 2010), está en proceso de expansión, aunque en este caso los dos ferris que estaban en juego, por una suma de 350 millones, se han adjudicado a Construcciones Navales del Norte (La Naval de Sestao).

Pero los planes de Balearia van más lejos y requerirán nuevos encargos. La compañía mallorquina ha presentado a las autoridades cubanas un proyecto en el que invertirá alrededor de 35 millones para la construcción de una terminal en La Habana que operará ferris que realicen rutas con otros países, además de una red de barcas solares que comuniquen distintos puntos de la bahía.

Los astilleros gallegos han construido más de 15 ferris desde el año 2000. La última entrega tuvo lugar en el 2011.

La sentencia del «tax lease» y nuevos contratos apuntalan la recuperación

El sector naval gallego afronta el futuro con optimismo. Los nuevos pedidos que se confirman -Navantia, el más reciente- y la seguridad jurídica que supone la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE a favor del tax lease permiten pensar que lo peor parece haber queda atrás.

La actividad va ganando pulso, y hay empresas con una cartera de pedidos ya estable.

Freire está construyendo un buque escuela para Indonesia y un oceanográfico con capacidad polar para la Marina de Guerra de Perú, está finalizando un pesquero arrastrero para Noruega y, además, trabaja dentro de un modelo de transferencia tecnológica con México y construye en aquel país tres supplies para la Secretaría Marina.

Armón tiene otra de las carteras más consolidadas, que le aseguran actividad para varios años entre atuneros, auxiliares y remolcadores, a los que se suman un oceanográfico que le acaba de adjudicar el Instituto Nacional de Investigación Pesquera de Argentina (Inidep) y otro para Colombia.

Cardama suma varios contratos con Angola e Irak, así como la construcción del trimarán para producir energía a partir de las corrientes marinas junto con la firma de Redondela Magallanes Renovables.

Pero la competencia es muy dura. Prueba de ello es que los astilleros españoles apenas fabrican el 0,3 % de los nuevos buques que salen a la mar año tras año. Asia destaca a la cabeza de la fabricación, con China (37,6 %), Corea del Sur (28,9 %) y Japón (16,1 %) acaparando ocho de cada diez operaciones.

Europa apenas posee el 7,3 % de la cartera de pedidos mundial y cada país en el Viejo Continente juega sus bazas para seguir tratando de atraer más clientes, como es el caso de Alemania, Noruega, Holanda o Francia.