Exbanquero busca emprendedores (y talento) en Galicia

Rubén Santamarta Vicente
Rubén Santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

BENITO ORDOÑEZ

Avalanza, del gallego Raúl Baltar, dispone de un millón de euros para acompañar nuevas iniciativas

11 ene 2016 . Actualizado a las 10:36 h.

Hubo un momento en el que el vigués Raúl Baltar se cansó. De tanto avión. De no parar por media América Latina. De no poder desarrollar muchas de las ideas que tenía y que venía escuchando. Ese momento fue hace algo más de un año, y tras más de dos décadas vinculado al sector financiero (Banco Zaragozano, grupo Fierro, Banesco, Abanca...), decidió poner un punto y aparte.

Y nació Avalanza, una suerte de acompañamiento para empresas que ya están en marcha y para otras que quieren crecer, que tienen potencial y talento, pero que no saben por dónde empezar a reconstruirse. «Avalanza -explica Baltar- nació bajo esa idea de lanzadera de iniciativas como la que hace unos años puso en marcha Juan Roig», el patrón de Mercadona. Cuenta con varios socios colaboradores -entre gallegos y latinoamericanos-, y dispone ya de alrededor de un millón de euros para dar apoyo a los nuevos emprendedores con los que está contactando (o que contactan con Avalanza).

La firma, impulsada por este banquero reconvertido al que acompañan media docena de personas en su sede de A Coruña, acaba de poner en marcha la primera convocatoria para start-up, centrada especialmente en pequeñas firmas gallegas. Se trata de un programa de alto rendimiento para 10 empresas a las que se ofrece en seis meses pautas para crecer, estableciendo contactos con América Latina, formación intensiva en inglés, asesoramiento para crecer... Y también, claro presentación a inversores y acceso a fondos. De entrada, 25.000 euros por proyecto en forma de préstamo participativo. A esta edición pueden concurrir start-up vinculadas a cualquier sector, pero que ya hayan empezado a moverse. Es decir, no pueden ser meras ideas. Y tampoco tener una antigüedad de más de 48 meses, y sus promotores han de ser al menos dos personas. Los interesados tienen hasta el 29 de enero para presentarse. «Este tipo de proyectos sirven para conocer a mucha gente, para poner en contacto a aquellos que quiere emprender, que quieren escalar y crecer, con ideas que sean exportables», explica el empresario.

Avalanza, a través de este programa, trata de convertirse en «una bisagra» entre los emprendedores y los inversores -más allá de los cauces habituales de la banca- en un momento en el que, recuerda alguien que ha tenido una importante vinculación con el mercado financiero, «los canales de acceso a financiación siguen estando algo cerrados para la mayoría».

El programa de alto rendimiento que han puesto en marcha Baltar y sus socios es una pata dentro de la estrategia de este empresario que siempre habla de la nueva economía, la que se avecina tras la gran crisis, y en la que los modelos de relaciones emprendedores-inversores-bancos-sociedad, dice, ha cambiado.

Avalanza también ha puesto en marcha una suerte de asesoramiento a empresas para favorecer su relanzamiento, identificando debilidades (hacen un chequeo integral) y promoviendo su internacionalización. Lo están haciendo con firmas españolas a través de sus sedes coruñesa y madrileña; y también con sociedades peruanas (o que quieren invertir en ese país) y venezolanas, territorios en los que también tienen sede y colaboradores.