La Galicia rural pierde riqueza per cápita pese a la caída de la población

Mario Beramendi Álvarez
Mario Beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

Evolución del PIB por habitante
La Voz

La crisis ganadera y el deterioro del poder adquisitivo de las pensiones, las claves

04 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Durante años, la pérdida de población ha sido para Galicia un factor positivo para acercar posiciones con España a la hora de medir la riqueza por habitante; al ser menos, se tocaba a más. Es lo que se dio en llamar la vía de la convergencia pasiva. Sin embargo, los últimos datos divulgados por el Instituto Galego de Estadística (IGE) -en los que se analiza el PIB municipal con el nuevo cambio metodológico- muestran cómo entre los años 2010 y 2012 las comarcas del rural, en las que el sector primario es su principal actividad, ceden en renta per cápita pese a perder población. Una realidad que se explica, en parte, por la grave crisis de rentabilidad que arrastra el sector lácteo, con los precios en origen muy bajos, y por la evolución que han tenido las pensiones, la principal renta en estas áreas, donde la gran mayoría de la población está por encima de los 65 años.

El retroceso en riqueza por habitante en el interior de Galicia se produce también a pesar de que el nuevo método para estimar el PIB comarcal incluye las drogas, la prostitución y una nueva fórmula para calcular los impuestos. En Arzúa, A Barcala, Bergantiños, Terra de Melide, Terra de Soneira, Xallas, Os Ancares, Chantada, Meira, Terra Chá, Terra de Lemos, A Ulloa, Allariz-Maceda, Baixa Limia, A Limia, Terra de Caldelas, Verín y Deza se produce el mismo fenómeno: se pierde población, pero también riqueza per cápita.

Sirva como ejemplo el de Terra Chá: entre los años 2010 y 2012 pierde algo más de mil habitantes, al pasar de 44.201 a 43.193, pero en cambio la renta por habitante cae de los 18.650 a 17.673 euros, es decir, un 5,3 %.

Mayor brecha

La radiografía que traza el IGE sobre los niveles de desagregación de la riqueza vuelve a evidenciar la profunda brecha que existe entre la franja atlántica y el interior de la comunidad: las provincias de A Coruña y Pontevedra generan el 77 % de la producción final de Galicia.

En el año 2012 (último dato desagregado por comarcas y municipios), el 44 % del PIB de la comunidad gallega se concentraba en los siete grandes municipios; y casi la cuarta parte de toda la riqueza estaba en los ayuntamientos de Vigo y de A Coruña, con 7.036 y 6.181 millones de euros, respectivamente. En el ránking de los diez primeros concellos le siguen Santiago, Ourense, Arteixo, Lugo, Pontevedra, Ferrol, As Pontes y O Porriño.

El análisis de la riqueza per cápita elaborado por el IGE muestra cómo ayuntamientos por debajo de los 20.000 habitantes encabezan el ránking autonómico; se trata de municipios que cuentan con un tejido industrial muy consolidado, que se encuentran próximos a grandes ciudades y tienen acceso a vías de comunicación de alta capacidad. San Cibrao das Viñas, Rábade o Porriño se encontrarían en este grupo.

A estos habría que sumar ayuntamientos que son sede de un gran grupo empresarial -como es el caso de Inditex en Arteixo o de Endesa en As Pontes- y municipios en los que la explotación de un recurso natural genera un valor añadido muy alto -la energía hidráulica y la eólica- tal y como sucede en Carballeda de Valdeorras y Muras, que son precisamente los dos municipios gallegos con una mayor riqueza por habitante, con 98.866 y 93.809 euros, respectivamente.

Especialización

Las estimaciones llevadas a cabo por el IGE también le permiten elaborar unos índices de especialización relativa que comparan la estructura productiva de cada comarca con la gallega, de forma que se identifican aquellos sectores más predominantes: en 22 de las 53 comarcas tiene un mayor peso la actividad del primario (agricultura, ganadería, pesca y silvicultura) y en otras seis hay una especialización en el energético, como es el caso de Eume, Ordes, O Ribeiro, Terra de Trives, Viana y Paradanta.

En lo que se refiere a la industria, por ejemplo, las comarcas de Ortegal, A Fonsagrada, Quiroga, Sarria, Terras de Celanova, Valdeorras e O Baixo Miño generan el 48 % de todo el valor añadido de la minería; y las de Betanzos, O Sar, Lugo, Pontevedra y Terra de Montes, el 30 % del de la madera.

La especialización productiva en el sector industrial agroalimentario es muy marcada en Barbanza, por la conserva, y en Caldas y O Condado.

La fabricación de material de transporte y grandes reparaciones resulta determinante en comarcas como Vigo, Morrazo y Ferrol, donde se concentra casi el 80 % de todo el valor añadido de este sector, por el peso que tiene PSA Citroën y todo su entramado auxiliar en el sur de la provincia de Pontevedra, y el sector naval público en toda el área ferrolana.

Ocho de las diez comarcas que más aportan al PIB están en el eje atlántico

Con la excepción de Lugo y de Ourense, comarcas que aportan casi el 11 % del PIB gallego, en el ránking de las diez primeras hay ocho que están en el llamado eje atlántico: en cabeza está A Coruña, con un PIB estimado en el 2012 de 10.432 millones de euros; le siguen Vigo (9.431), Santiago (4.320), Ourense (3.180), Ferrol (2.752), Lugo (2.627) y Pontevedra (2.364). El resto lo completan comarcas que no tienen a una gran ciudad como cabecera.

Se trata de O Salnés, con un PIB estimado de 1.841 millones, Barbanza, con 1.136, y O Morrazo, con 1.090. Entre las tres contribuyen a generar el 7,4 % de toda la riqueza gallega, porcentaje que contrasta con el 10,6 % que aportan Lugo y Ourense.