Volkswagen rebaja de 800.000 a 36.000 los coches con emisiones de CO2 trucadas

Patricia Bealo BERLÍN | E. LA VOZ

ECONOMÍA

PATRIK STOLLARZ | AFP

Asegura que solo ha hallado desviaciones en nueve modelos de la marca, que suponen apenas un 0,5 % de la producción anual

10 dic 2015 . Actualizado a las 00:27 h.

Las rebajas de Navidad llegaron ayer a Volkswagen. Tras concluir una revisión interna, el consorcio alemán anunció que los vehículos afectados por la manipulación de emisiones de dióxido de carbono son 36.000, y no 800.000 como la propia empresa comunicó apenas un mes antes. Es más, según sus conclusiones la mayoría de los modelos sospechosos presentan niveles de CO2 que coinciden con los notificados a las autoridades. «Solo se han encontrado ligeras desviaciones en nueve modelos», asegura VW a través de un comunicado.

Se trata de un Polo, un Scirocco, dos versiones del Jetta, otras tantas del Golf y Passat en tres variantes. Las 36.000 unidades representan un 0,5 % de la producción anual de la marca, que subrayó que aún no se ha confirmado la sospecha de que se hayan trucado los datos de consumo de carburante. En cualquier caso, según los análisis, las desviaciones detectadas son de «pocos gramos de dióxido de carbono», lo que implica que dichos motores habrían consumido entre 0,1 y 0,2 litros adicionales por cada cien kilómetros recorridos. Los vehículos que han superado las pruebas seguirán en el mercado, mientras que el resto serán sometidos a ligeras modificaciones. Las filiales del grupo, Audi, Skoda y Seat, llevarán a cabo revisiones similares.

«Al principio había incompatibilidades», explicaba ayer un portavoz de Volkswagen ante el baile de cifras que se ha producido en solo un mes. En declaraciones a la agencia DPA, el experto del banco NordLB Frank Schwope atribuyó lo sucedido a la «deficiente comunicación empresarial» y afirmó que probablemente la cúpula directiva de VW sobrerreaccionó a raíz del escándalo que generó la manipulación de emisiones de óxido de nitrógeno, que sí que es masiva, ya que afecta a 11 millones de vehículos en todo el mundo, y cuyos orígenes aún se desconocen.

«El impacto negativo en los beneficios de 2.000 millones de euros calculado en un principio no ha sido confirmado», añadió el consorcio, que ya ha dado el asunto por zanjado al enviar los resultados a la comisión de investigación del Gobierno alemán y a la Oficina Federal de Vehículos Motorizados. «Estas mediciones han sido realizadas por Volkswagen sin tener en cuenta los datos ya existentes», declaró el Ministerio de Transportes, que por el momento se muestra escéptico. Del visto bueno de las autoridades dependerá la sanción económica que deberá pagar el fabricante al fisco, en concepto de impuestos de circulación, ya que estos están directamente relacionados con los niveles de CO2 que emite el vehículo.

Pendientes de las demandas

Paralelamente, la Audiencia Provincial de Braunschweig decidió ayer ampliar hasta el 29 de febrero el plazo para que Volkswagen decida cómo indemnizar a los demandantes alemanes. Hasta la fecha, se han registrado 15 demandas de inversores privados y otras siete de propietarios de vehículos. Un día antes, un tribunal de California anunciaba que para facilitar el proceso, se encargará de tramitar juntas todas las querellas presentadas en Estados Unidos contra el gigante automovilístico, que ya superan el medio centenar.

Entretanto, tras una reunión del consejo de supervisión, el consorcio comunicó que a partir del 1 de enero Karlheinz Blessing, directivo de la industria del acero, se convertirá en el nuevo jefe de personal. Asimismo, Volkswagen tendrá un nuevo director de desarrollo: Frank Welsch, responsable de diseño de Skoda, quien reemplazará de inmediato a Heinz-Jacob Neuber. Hoy está previsto que el primer ejecutivo, Matthias Müller, comparezca para explicar los resultados de la investigación.

Un español, a cargo de la investigación interna del fraude

Entre los nombramientos comunicados ayer por el fabricante germano se encuentra el del español Francisco Javier García Sanz, encargado del departamento de compras del gigante alemán y que ahora compatibilizará su trabajo con la supervisión de los procesos internos implementados para intentar aclarar el escándalo de la manipulación de los motores diésel. El directivo, madrileño de 58 años y amigo de Florentino Pérez, es el español con más poder dentro de Volkswagen.