La industria del automóvil comienza a «imprimir» los primeros coches en 3D

Manoli Sío Dopeso
m. sío Dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Ford, BMW, Peugeot o Audi fabrican piezas y prototipos en tiempo récord y hacen las correcciones necesarias sin disparar costes

28 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El proceso de fabricación de un coche, desde los primeros bocetos hasta el desarrollo de los componentes, es largo y costoso.

Pueden pasar entre 4 y 6 años desde que un diseño acaba en la línea de montaje, después de haber destruido centenares de pruebas que disparan la inversión necesaria cada vez que se proyecta un nuevo lanzamiento.

Es en este escenario en donde ha comenzado a irrumpir con fuerza la impresión en tres dimensiones (3D), la tecnología que está revolucionando los métodos de producción de grandes y pequeñas empresas en todo el mundo.

La industria del automóvil es una de las que ya ha comenzado a sacar provecho. «La impresión en 3D posibilita la construcción de prototipos en cuestión de horas, permite a los diseñadores e ingenieros de las marcas probar rápidamente nuevos diseños e innovaciones, en ocasiones hasta centenares de veces», explican ingenieros del CTAG (Centro Tecnológico de la Automoción de Galicia), que trabaja en confidencialidad en proyectos con esta técnica. «En el futuro será una herramienta imprescindible a la hora de desarrollar nuevos modelos», dicen.

Una de las que va por delante es Ford. El constructor estadounidense utiliza la impresión tridimensional para reducir el tiempo de desarrollo gracias a la utilización de piezas prototipo que permiten a los diseñadores e ingenieros probar y refinar rápidamente una variedad de opciones.

«Ford puede imprimir en 3D una pieza en solo unas horas por unos 1.000 euros, abriendo la puerta a una mayor experimentación y un diseño más radical e innovador», explica el fabricante.

Corregir sobre la marcha

La marca ha utilizado la impresión 3D en el desarrollo del Ford GT, su nuevo superdeportivo, y en el Mondeo Vignale. Según sus datos, ha impreso en 3D más de 500.000 piezas, la más reciente, una tapa de motor para el nuevo Ford Mustang.

También PSA Peugeot Citroën está experimentando esta técnica. La mejor muestra es el Peugeot Fractal, un prototipo de deportivo eléctrico de dimensiones muy compactas (apenas 3,81 metros de longitud), descapotable y con techo desmontable, en el que llaman especial atención sus llantas moldeadas mediante un sistema de impresión en 3D. Es más, según aseguran los responsables del diseño, la mayoría de las piezas del coche se han fabricado con esta técnica.

BMW y Audi llevan también años trabajando en la impresión 3D que, según Enrique Otero Neira, director de la empresa Brinka3D, «es una tecnología fundamental para la automoción, porque prueba nuevos elementos antes de la producción a gran escala», afirma.

¿Además de ahorrar costes de producción, puede suponer también una menor necesidad de mano de obra en el futuro? «Lo que se producirá es una transformación de la oferta de trabajo hacia puestos donde es necesaria una mayor preparación. Es decir, se reduce el número de operarios en la cadena, pero aumenta el número de técnicos en el desarrollo de las piezas y en el mantenimiento de esta nueva maquinaria», explica Otero Neira.

El coche autónomo de PSA llega a París tras hacer 3.000 kilometros

PSA Peugeot Citroën sigue haciendo historia en la automoción europea con su vehículo autónomo. Tras hacer el recorrido «sin manos» entre Vigo y Madrid (casi 600 kilómetros), la multinacional francesa anunció ayer que su coche sin conductor (un Citroën C4 Picasso automático) completó ayer un recorrido de 3.000 kilómetros que tuvo como punto final de destino París, la sede del grupo que preside Carlos Tavares. Concretamente «el viaje de regreso a París lo ha realizado a través de Perpiñán, Marsella y Lyon hasta llegar al centro técnico de Vélizy», explicó PSA.

A diferencia del trayecto realizado el pasado lunes entre las fábricas de PSA de Vigo y Madrid, en esta segunda etapa la totalidad del viaje no se ha realizado en conducción autónoma, ya que no toda la parte del recorrido estaba autorizada. En los tramos en los que no había impedimento legal, el coche autónomo de PSA ajustó por sí mismo la velocidad y los adelantamientos en función del resto del tráfico, de los límites de velocidad reglamentarios y de la infraestructura, según detalló el constructor.

Este vehículo, al igual que otras cuatro unidades idénticas de conducción autónoma incorporan tecnología desarrollada por el Centro Tecnológico de Automoción de Galicia (CTAG), que participa en el proyecto de PSA desde hace dos años. La intención del fabricante es lanzar las primeras unidades entre los años 2018 y 2020, para tramos acondicionados.