Pescanova renace de las cenizas

ECONOMÍA

M.MORALEJO

Los 7 mayores acreedores financieros toman el control del grupo con las manos atadas para ampliar capital y diluir al 20 % de la vieja empresa que queda en la nueva sociedad

27 nov 2015 . Actualizado a las 10:43 h.

Pescanova ya es de los bancos acreedores y se llama Nueva Pescanova. La primera junta de accionistas de la sociedad ya saneada y reestructurada, tras un tortuoso concurso que ha durado más de dos años, tomó la decisión de nombrar administrador único al que dentro de dos meses, todo lo más, será su presidente, Jacobo González Robatto, que se apoyará en el arranque de su gestión en Deloitte, la consultora que ha ejercido de administrador concursal de la matriz Pescanova y de las diez filiales españolas.

Los bancos Popular, Sabadell, Abanca, Bankia, Caixabank, BBVA y UBI, con el 62 % del capital de Nueva Pescanova, asumen el mando de una sociedad participada también por otras entidades y fondos de inversión como SVP Global (5,84 %) y el banco británico HSBC Bank (8,93 %); y la vieja Pescanova, titular el 20 %, y sin posibilidad de quedar diluida en un hipotética ampliación de capital de la banca, hasta el 31 de julio del 2016.

Cambio de estatutos

Esto es así, porque antes de ceder el control a los bancos, concretamente, el pasado día 11 de noviembre, el hasta entonces administrador único de Nueva Pescanova y consejero de Pescanova, César Mata Moretón, presentó ante notario una modificación de los estatutos de la nueva sociedad que contemplan que para llevar a cabo cualquier cambio en la actual estructura societaria el actual reparto accionarial es necesario contar con el apoyo del 81 % de los dueños de la empresa.

El objetivo de esta medida, según fuentes conocedoras de la misma, es mantener la estabilidad del actual accionariado al menos hasta que la vieja Pescanova consiga que la CNMV consiga levantar la suspensión de su cotización, y hacer sus propias ampliaciones de capital.

Otro punto que regulan los nuevos estatutos es la composición del consejo, en el que la vieja Pescanova tendrá entre uno y dos representantes.

En todo caso, González-Robatto, ya en su papel de administrador único de Nueva Pescanova descartó que la banca tenga intenciones de aumentar su participación en la sociedad que ayer arrancó oficialmente.

«La compañía cierra cuentas a 31 de diciembre, nosotros no tenemos balance aún de Nueva Pescanova, cuando veamos cómo va, el nuevo consejo decidirá si hay que reforzar el patrimonio de la compañía o no. Descarto absolutamente la ampliación», explicó González Robatto.

Sin prisa por irse

El patrón de Nueva Pescanova también quiso dejar claro ayer que la intención de los bancos es permanecer en la empresa el tiempo que sea necesario. «No hay ninguna desinversión prevista ni a corto ni a medio plazo», dijo, asegurando, acto seguido, que «no hay contactos con ningún inversor para dar entrada a nuevos socios en Nueva Pescanova». El futuro presidente del grupo pesquero explicó que la deuda de la nueva empresa rondará los 1.200 millones de euros», de los que los bancos tienen algo menos del 50 %. «Si se divide esa deuda entre las siete entidades bancarias acreedoras, tampoco es una exposición que no podamos permitirnos», argumentó.

«No es una inversión individualmente muy grande y, por tanto, no hay ninguna prisa en salir», afirmó González-Robatto quien, sin embargo, reconoció que «en la vocación de la banca, está que Nueva Pescanova sea, a muy largo plazo, una empresa autónoma».