Íñigo Muniozguren: «La reforma energética cerró empresas y obligó a emigrar»

f. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

SANDRA ALONSO

El secretario general de la Asociación Eólica de Galicia eeclama una auditoría para averiguar qué tecnologías causaron el déficit

09 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Íñigo Muniozguren Martínez (Bilbao, 1965) lo vio nacer, crecer, triunfar... Y también le ha tocado ver cómo languidece el negocio eólico gallego. Este abogado vasco afincado en Santiago desde 1989 es el secretario general de la Asociación Eólica de Galicia (EGA), constituida en 1997 con ocho empresas, que «ahora son 28 o 29, pero llegamos a tener 33 o 34».

-Ha vivido los años dorados del...

-Viví la época dura, en la que no había nada, cuando nadie creía en la eólica. Y viví el bum de los 90, con inversiones bestiales en parques, se construían entre 300 y 500 megavatios al año. ¡Llegamos a ser la sexta potencia del mundo! Pero desde los años 2004 y 2005, el desarrollo eólico en Galicia ha sido prácticamente cero. Llevamos diez años parados, entre la anulación del concurso del bipartito en el 2009 y el fin de las primas a las renovables en el 2011.

-Los parques gallegos se construyeron con primas, ¿sin ellas también los habría?

-No, fueron absolutamente imprescindibles. El sector eólico estaría dispuesto a vivir sin primas, a competir con las demás tecnologías porque somos la más barata del mercado, pero siempre y cuando las otras interioricen también todos sus costes. La nuclear, por ejemplo, recibe una retribución como consecuencia del mercado, pero no se reconocen gastos como el que genera el cementerio nuclear o el daño futuro que van a provocar los residuos, ni el CO2 que tiene que pagar España por las emisiones de las térmicas.

-Las primas se empezaron a cuestionar cuando llegó la crisis y se descubrió un agujero enorme en el sistema eléctrico.

-El argumento es que las primas generaron el déficit, vale. El ministerio nos dice en el 2011 que no se pueden instalar más renovables porque no puede pagar lo que está pagando. No estoy de acuerdo, pero si es cierto, hagamos una auditoría del sistema, analicemos los costes de cada una de las formas de producir electricidad y veamos realmente cuál genera el déficit. Aquí hay que hablar de todas, no solo de las renovables, porque han pagado justos por pecadores. Lo que está claro es que la eólica se desarrolló según lo previsto en la planificación energética, hemos cumplido rigurosamente, otras no.

-El Ministerio de Industria ha convocado este mes una subasta para instalar 500 megavatios eólicos y 200 de biomasa con bonificación económica, ¿es un cambio de política energética?

-Es electoralismo. Porque es contradictorio cien por cien que el Gobierno pase del discurso de demonizar a las renovables a sacar una subasta para instalar más y con una remuneración específica. Es que la reforma energética ha cerrado empresas. De todos los señores que estaban sentados en la junta directiva de EGA en el 2003, la mitad de ellos están en el extranjero desarrollando parques eólicos. Y ahora el ministerio llega a la conclusión de que necesitamos más renovables, 6.500 megavatios más en el 2020. Eso equivale a duplicar la potencia que tiene Galicia, 200 parques más en toda España. La subasta es solo de 500 megavatio, da un poco de vida, pero es insuficiente, no resuelve el problema.

-¿Qué lo resolvería?

-Una planificación de subastas, una senda definida para llegar a esos 6.500 megavatios, y estabilidad jurídica.

-Pero, de momento, solo hay una subasta a la vista, ¿qué posibilidades tiene Galicia de obtener esos megavatios bonificados?

-Teóricamente, todas las papeletas son nuestras, porque Galicia tiene el mejor viento de España. Pero tenemos unas barreras que nos impiden competir en igualdad de condiciones con las otras comunidades. Aquí es más caro montar un parque, y no solo por la orografía. Pagamos un canon eólico (22 millones al año) que también tiene Castilla y León, pero allí están negociando retirarlo para competir mejor en la subasta. Tenemos el impuesto de transmisiones patrimoniales, que la Xunta insiste en cobrarnos pese a que el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia sentenció que una autorización administrativa no debe pagarlo. Ahora está en manos del Supremo. Además, todas las comunidades autónomas, menos Galicia, están adaptando sus normativas a la nueva ley del sector eléctrico, que simplifica los procedimientos para conseguir autorizaciones. Aquí, si quieres cambiar el modelo de los molinos que figuran en un proyecto antiguo que está aprobado hay que empezar de cero. Andalucía, por su parte, acaba de publicar una disposición conforme los planes industriales ya no son imprescindibles, que yo no digo que tenga que ser así aquí, pero las otras comunidades se están moviendo para ganar megavatios eólicos. Y aquí... Estamos intentando que la Xunta dé el paso porque la subasta está ahí y tenemos que correr. Se celebra el día 20 y los proyectos disponen después de 48 meses para la tramitación y construcción.

-Es decir, que la Xunta, regular.

-A ver, le planteamos la supresión del canon eólico y es cierto que no lo vieron con malos ojos, quedamos en vernos después del verano y hasta hoy.

-Todo parecen ser problemas. Ni se atreverá a decir cuántos de esos 500 megavatios estarán en Galicia.

-Ni idea. Además, para concurrir a la subasta no hay ni que ser promotor eólico, puede concurrir un fondo, un banco, cualquiera que deposite un aval. No podemos saber cuántos de esos megavatios pueden acabar en Galicia ni quién se los va a adjudicar. Aunque por lógica tendrían que acabar todos en Galicia.

«Hay parques en pérdidas, otros se han vendido y otros producen algunas horas»

Galicia es la cuarta comunidad con más potencia eólica instalada de España, pero llegó a ser la primera. Fue la pionera y también una de la que más ha sufrido en sus carnes los bocados de la reforma energética del Gobierno para acabar con el déficit eléctrico.

-Los parques eólicos que hay en Galicia ¿serían suficientes para autoabastecimiento?

-Sin la industria, sí.

-¿Qué señales hay del parón?

-Que tenemos 600 megavatios autorizados sin construir porque no son viables económicamente. Otra prueba es que el año pasado se pusieron en operación 27 megavatios nuevos en toda España y este, cero. La reforma energética suprimió las primas para los parques anteriores al 2005, aquí afectó de lleno, al 70 % de las instalaciones.

-Pero esos parques siguen funcionando cobrando el precio de mercado, dando beneficios... Se supone que están amortizados ya.

-Bueno, dan beneficios o pérdidas. Porque no se han amortizado, puede haber algunos que sí, pero en general, no, y hay que seguir pagando al banco con menos ingresos.

-¿Pérdidas? ¿Cuántos?

-Se están renegociando costes de operación y mantenimiento, con propietarios, con los bancos, con todo el mundo. Hay parques en pérdidas, otros que se han vendido y otros están produciendo a unas horas determinadas con viento. Dependiendo de tu emplazamiento y de cómo esté el precio medio de la energía te puede interesar no producir porque estás gastando las máquinas y no te resulta rentable. Tampoco digo que no se esté ganando dinero, porque si no cerrarían, claro, pero sí lo están pasando mal.

-¿Cuándo se levantarán más parques?

-Yo estoy seguro de que en Galicia tarde o temprano se harán parques, el futuro será renovable o no será. Ya no habrá grandes centrales de producción, cada uno generará electricidad en su casa, vamos hacia la generación distribuida, con muchas plantitas que van a ser de energías renovables, claro. La gente no se da cuenta, pero aunque en Galicia generamos más de lo que consumimos, el 78 % de los recursos que necesitamos para producir esa electricidad la importamos. El viento, no.