¿Cómo puedo pagar menos en el IRPF?

Ana Balseiro
ana balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

El final del año es el momento perfecto para tomar decisiones que abaraten la factura fiscal

08 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque la cita con Hacienda, tanto como la primavera, aún queda lejos, la recta final del año es el momento perfecto para sacar la calculadora y tomar decisiones económicas que nos permitan ajustar en lo posible nuestra próxima factura del IRPF. Es decir, se impone la planificación fiscal, porque el marco normativo ofrece opciones para que pasar por caja con Hacienda sea menos doloroso:

Vivienda

Deducción estrella. Aunque la deducción por la compra de vivienda habitual pasó a mejor vida el 1 de enero del 2013, lo cierto es que para quienes la adquirieron antes esta fórmula sigue siendo, sin duda, la vía estrella para rebajar la factura fiscal. Así lo recuerdan desde el Registro de Asesores Fiscales (Reaf) del Consejo General de Economistas o desde el sindicato de Técnicos de Hacienda, Gestha. «Maximizar hasta los 9.040 euros de tope, siempre que se tengan ahorros y las condiciones hipotecarias no te penalicen, te permite una deducción de 1.356 euros. Es una buena opción», explica el secretario general de Gestha, José María Mollinedo.

Planes de pensiones

La otra fórmula más extendida. Y si la compra de vivienda es el oro de las deducciones, las aportaciones a los planes de pensiones son la plata. Aunque la reforma fiscal ha rebajado de 10.000 a 8.000 euros la aportación máxima, esta posibilita una notable reducción en la base imposible, lo que hace que muchos contribuyentes lo aprovechen. «Aunque no es tan lineal como la deducción de vivienda, sino que es más regresiva, pues beneficia más a quienes tienen mayores ingresos, para quien pueda ahorrar ese máximo supone una gran ventaja fiscal», añade Mollinedo, recordando además que la ley permite la disposición anticipada del plan a los diez años.

Planes de ahorro

El largo plazo como alternativa. La reforma fiscal también incluyó cierto incentivos para favorecer el ahorro. Raquel Jurado, del Reaf, destaca que «en los nuevos planes de ahorro a largo plazo (PALP) el contribuyente puede aportar hasta un máximo de 5.000 euros anuales con la ventaja fiscal de que los rendimientos que generen estarán exentos de gravamen». Eso sí, siempre que las aportaciones y la rentabilidad acumulada se perciban en forma de capital y el contribuyente no disponga de la inversión -total o parcialmente- antes de cinco años desde la fecha de contratación.

Desde Gestha recuerdan también los planes de ahorro sistemático (PIAS), un híbrido entre plan de pensión y seguro, que se diferencian de los PALP en que tienen una reducción en función de la edad cuando se rescatan (algo posible ya a los cinco años). Las aportaciones no reducen la base imponible, por lo que su atractivo es el tratamiento fiscal de la renta vitalicia.

Plusvalías

Adiós a la espera de un año. A partir de este año, en virtud de la reforma, las ganancias que se deriven de transmisiones tributan todas a los tipos del ahorro, sea cual sea su período de generación. Por ello, «si tienes acciones, inmuebles o cualquier otro activo que quieras vender, puedes hacerlo sin esperar a que se cumpla un año desde su adquisición y tributar en la parte del ahorro», explica Jurado. En la misma línea, Gestha recuerda que dado que en el 2016 los tipos del ahorro serán inferiores (se rebajarán en medio punto en los tres tramos), sí puede interesar retrasar la operación.

Reinversiones

Exención si va a renta vitalicia. Entró en vigor este año y se traduce en que, los mayores de 65 años que hayan vendido un inmueble, acciones o cualquier otro bien, y dediquen lo obtenido a una renta vitalicia no la tributarán como ganancia patrimonial. Las condiciones son que la renta se constituya en un plazo de seis meses y con un máximo de 240.000 euros.

Donativos

La solidaridad desgrava. Hacer donativos a onegés también suma su granito de arena para aligerar el IRPF. «La deducción se ha modificado y ha aumentado el porcentaje para fidelizar estos pagos», señala Mollinedo, indicando que superar los 150 euros puede suponer una deducción de hasta el 75 %. «Pero según la estadísticas nadie agota esas deducciones. No somos tan generosos. La deducción por donativos, de media, está en 37 euros».