Endeudados por la luz hasta el 2028

f. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

El desglose de un recibo de la luz
La Voz

Cada español debe a los suministradores 578 euros por el déficit del sistema eléctrico, 27.000 millones. Los irá pagando en el recibo hasta dentro de trece años

01 nov 2015 . Actualizado a las 11:03 h.

Los españoles de a pie pagan la cuarta factura de la luz más cara de Europa, por detrás de los ricos daneses y alemanes y de los más modestos irlandeses. Para más inri, entre el 2008 y el 2014, es decir, durante el período más crudo de la crisis económica, vieron cómo su recibo eléctrico se encarecía un 52 %, el doble que en el resto de la Unión Europea. Con estas conclusiones, hechas públicas recientemente, el investigador británico David Robinson hurga en una herida abierta que no acaba de cicatrizar. Porque la factura está así de gorda por costes fijos (peajes de acceso) que financian los agujeros del sistema, es decir, el déficit eléctrico.

Del 2000 al 2013, el Estado gastó en el sistema 27.000 millones más de los que ingresó, fundamentalmente en primas a las energías renovables. Las autorizó y concedió, pero no fue capaz de pagarlas. Y decidió en los primeros años de la década del 2000 repartir esa carga entre todos los consumidores de electricidad, principales contribuyentes a la sostenibilidad del sistema, a través del pago de los peajes de acceso, como se puede comprobar en el gráfico superior.

Según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), en España hay 27,7 millones de contratos de suministro firmados por los 46,7 millones de españoles. Cada uno de ellos debe, sin comerlo ni beberlo, 578 euros a las eléctricas.

Pero, ¿se acabará de amortizar la deuda algún día? Pues sí. El 2028 será el primer año libre de cargas, lo que aligerará el recibo sustancialmente -en torno a un 40 %, pues ese es el peso medio de los costes fijos en la factura-, siempre y cuando se mantenga la disciplina de gasto o el Gobierno decida asumir, vía Presupuestos Generales del Estado, cualquier déficit eléctrico adicional, como reclaman desde las empresas eléctricas hasta el propio Robinson.

«Podría ser barata y es cara»

El presidente de Gas Natural Fenosa, Salvador Gabarró, fue bien claro hace unos meses: «La electricidad en España podría ser muy barata y es muy cara». Aclaró que podría costar al usuario «un 40 % menos de lo que paga» si se restaran del recibo las subvenciones a las renovables y los impuestos, que suponen en torno al 60 % de la factura.

Pero ¿por qué se acabará de pagar la deuda en el 2028? El Gobierno decidió titulizar las anualidades del déficit, es decir, lo traspasó a los bancos con el compromiso de ir devolviendo esa especie de préstamo a lo largo de quince años. El último crédito se suscribió en el 2013 -a partir de ahí el sistema ya no arroja números rojos- y se acabará de pagar por tanto a finales del 2027. Todas estas operaciones conllevan el pago de unos intereses, bajos eso sí, en torno a un 3 y 4 %.

Titulizar el déficit permitió al Estado reintegrar casi todas las cantidades adeudadas a las compañías eléctricas para que así no sufriesen sus balances.

En los peajes de acceso se paga la deuda del sistema, generada por las primas a las renovables, pero también por la amortización del déficit que no dejó de acumularse hasta el 2013. En ese capítulo se engloban otros conceptos extraños como el pago de la moratoria nuclear (este acaba de desaparecer del recibo), las subastas de interrumpibilidad, los costes por capacidad... Estos dos últimos, incentivos públicos que reciben las empresas y que también sufragan los consumidores. En los peajes están también costes propios del suministro de electricidad, como los pagos a Red Eléctrica por los servicios de transporte y distribución, y los sistemas insulares.