La norma para identificar el riesgo bancario, estancada un año después

Rubén Santamarta Vicente
rubén santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

La CNMV anunció un código de colores para avisar al cliente y evitar engaños como el de las preferentes, y está a expensas de la UE y del Consejo de Estado

16 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El escándalo de las participaciones preferentes, colocadas por la banca de forma masiva sin atender al perfil del cliente, reveló una alarmante falta de claridad en la información financiera en España. Una carencia que la Comisión Nacional del Mercado de Valores -uno de los organismos señalados por no haber evitado aquel atropello- decidió frenar en seco de la forma más sencilla posible: un código de colores para establecer el riesgo de forma clara a los clientes. Realmente la idea venía ya de atrás, de una petición del Defensor del Pueblo para tratar de evitar que personas con escasos conocimientos financieros entraran en productos arriesgados sin advertir la letra pequeña.

La solución pasaba por un identificador muy sencillo para los productos de inversión, que se anunció hace ya un año -justo en septiembre del 2014-, pero del que no se ha vuelto saber nada. Algo tan aparentemente fácil, pese a las reticencias de la banca, está parado, encallado en varios trámites administrativos, según coinciden tres fuentes diferentes conocedoras de todo este proceso.

Desde ese septiembre, el proceso para fijar el código ha ido pasando por varias manos. De la CNMV pasó a los bancos, que presentaron varias alegaciones, entre ellas que ese código podía malinterpretarse. Porque la banca recibió inicialmente con recelos esta propuesta. Creían que era bastante inconcreta, y que no se definía con precisión el tipo de cliente al que se orientarían esas comunicaciones: si a todos o solo a una parte. Al margen del cambio que esto supondría en la impresión de folletos de todas las oficinas (un gasto aparentemente menor).

De ahí, de la CNMV, llegó posteriormente al Ministerio de Economía, que decidió que esta clasificación no sea exclusivamente para productos de inversión, como inicialmente se contemplaba. Se incluirán ahora otros productos bancarios como los seguros.

Las diferentes vueltas

Del Ministerio de Economía la propuesta de la CNMV salió convertida en norma reglamentaria que lleva meses en el Consejo de Estado, pendiente de un dictamen. También, según las mismas fuentes, se ha pedido a instituciones europeas que se pronuncien sobre este código. Porque podría darse la situación de que el Gobierno definitivamente diera luz verde a esta idea, y luego, al estar ya en un marco único de supervisión bancaria, se tuviera que cambiar para adaptarse a lo que se diga en instancias comunitarias. Fueron los propios bancos los que avisaron de esa situación, porque este tipo de fórmulas de información no se están dando en otras partes del continente.

Con todo este jaleo administrativo, lo que inicialmente se presentaba como un sistema transparente para ayudar al cliente se ha quedado, por ahora, en una idea en el limbo. No tiene fecha alguna para su entrada en vigor -previamente ha de publicarse en el BOE-, aunque algunas fuentes sostienen que la intención del Gobierno es que la norma esté lista antes del 1 de enero.

El supervisor insiste: más fusiones

El número dos del Banco de España, Fernando Restoy, insistió ayer en que para que la banca pueda competir con «holgura» en el actual contexto económico y regulatorio, «más exigente que en el pasado», es necesario que mejore su rentabilidad y eficiencia, algo que podría conseguir mediante fusiones con otras entidades. A día de hoy, dijo, las entidades aún tienen un volumen «no despreciable» de activos improductivos, sigue el desendeudamiento y hay poca rentabilidad del negocio financiero puro.