La normativa también persigue regular el uso de otros productos potencialmente nocivos para el medio como los efluentes del ensilado o el agua procedente de la limpieza de las instalaciones ganaderas, además de los equipos de ordeño y almacenamiento de leche. Del mismo modo, se regula la utilización de la concha de determinados moluscos -la del mejillón se usa como fuente barata de calcio para bajar el ph de la tierra- como fertilizante agrícola siempre y cuando se cumplan unas determinadas condiciones. En este sentido, la Xunta vigilará que este subproducto provenga de cocederos o fábricas de conservas, donde debe haber sido lavado con agua dulce tras su tratamiento térmico y triturado de 10 milímetros.
Varios tipos de multas
Si bien el decreto autonómico no establece un régimen propio de sanciones, sí remite a lo establecido en normativas como las de sanidad animal y seguridad alimentaria. Esta legislación recoge multas de entre 901 y 45.000 euros para casos de abandono, vertido o eliminación incontrolada de residuos, siempre y cuando estos no provocasen un grave peligro para la salud de las personas o producido un daño grave para el medio ambiente. En caso contrario, las sanciones se calificarían como de muy graves y derivarían en multas de más de millón y medio de euros.