El Nobel distingue al economista que descubrió cómo medir la pobreza

Victoria Toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

ECONOMÍA

JONATHAN NACKSTRAND | AFP

Angus Deaton desarrolló un método con el que se contabiliza mediante modelos que se fijaban en el comportamiento individual

13 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Angus Deaton es el ganador del Nobel de Economía de este año, un galardón que recibió «con mucho sueño», tal y como comentó, divertido, cuando le preguntaron cómo se tomó la distinción. «Como muchos otros economistas sabía que era una posibilidad, y estoy encantado con el premio», añadió.

Este economista, que nació en Edimburgo (capital de Escocia) hace 69 años, pero que vive en Estados Unidos desde 1983, hizo algo revolucionario: desarrolló el método con el que se mide la pobreza. Dejó de utilizar los promedios y elaboró modelos que se fijaban en el comportamiento individual. No solo eso: dio de lado a la evaluación de los ingresos para centrarse en cómo gastan las familias de los países menos desarrollados sus ganancias; es decir, se fijó en el consumo. Su innovador método, que es en la actualidad el de referencia para la mayoría de los investigadores, permite entender la pobreza y el malestar que provoca. Y también sus efectos en aspectos como la salud, cuestión en la que Deaton ha centrado buena parte de su trabajo.

Eso es lo que destacó ayer el jurado del Nobel al dar a conocer su decisión: «Para diseñar la política económica que promueve el bienestar y reduce la pobreza estamos obligados a entender antes las opciones individuales de consumo».

La investigación del profesor escocés se basa en la premisa de que los promedios esconden realidades muy diferentes, por ejemplo cuando lo que se utiliza para medir la pobreza es la renta per cápita que, según Deaton, «oculta importantísimas variaciones entre individuos».

El nuevo Nobel es hijo de un minero escocés convencido de la bondad de dar a su hijo la mejor educación posible. Su padre se empeñó en que fuera a un colegio cuya matrícula estaba muy por encima de las posibilidades que ofrecía su salario, según ha recordado el propio economista, que finalmente consiguió una beca. Después estudió Matemáticas en la universidad, aunque descubrió que lo que le interesaba era la aplicación de estas y, específicamente, la economía. Hizo su doctorado en Cambridge y, desde 1983, es catedrático de uno de los centros universitarios más importantes del mundo, Princeton, en Estados Unidos.

Angus Deaton no rehúye la controversia. Ha mostrado claramente su preocupación por las políticas de austeridad y en su país de adopción opina en público sobre temas tan controvertidos como la reforma sanitaria. En esta cuestión, por ejemplo, ha atacado con enorme dureza la postura de los republicanos contra la reforma del presidente Obama. También ha lamentado en numerosas ocasiones la incapacidad del sistema para reducir la desigualdad, la brecha cada vez mayor entre ricos y pobres.

Pero no es el único campo en el que su voz disiente del discurso oficial. Deaton se ha mostrado públicamente contrario a la ayuda exterior para los países en desarrollo, es decir, al instrumento con el que el mundo se ha enfrentado históricamente a la pobreza. La razón, que explica en su último libro, The Great Escape, es que, según él, esa ayuda solo sirve para apuntalar gobierno corruptos y rara vez llega a los pobres.