El IBI urbano ha subido en Galicia cerca de un 30 % desde la crisis

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

ÁNGEL MANSO

El incremento medio va desde el 16,9 % de Lugo hasta el 40 % de Santiago

02 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El impuesto de bienes inmuebles (IBI) es la gran joya fiscal de los ayuntamientos: representa su mayor tributo y, en términos medios, aporta casi el 30 % de todos sus ingresos. Según los datos aportados por el Ministerio de Hacienda, sin contar la contribución rústica, el recibo medio de este impuesto en Galicia ha crecido casi un 30 % entre los años 2008 y 2014; al inicio de la crisis se contabilizaban en la comunidad 2.238.184 recibos con una cuota líquida (ingresos) de 324,2 millones de euros. Seis años después, el número de inmuebles sube hasta a los 2.566.978 y la recaudación aumenta hasta los 476,4 millones, lo que representa un incremento del 46,9 % en relación al 2008.

A partir del informe actualizado de Hacienda puede hacerse también un recorrido por el camino que ha tomado este impuesto en las siete principales ciudades gallegas en unos años marcados por el desempleo y las dificultades de los hogares para llegar a final de mes. Santiago es donde más se ha incrementado el recibo medio del 2008 al 2014: ha pasado de 249,1 euros a 348,8, es decir, una subida del 40 %. En el mismo período, en Ourense se pasó de 230,6 a 302,5, un aumento del 35, 7 %; en Ferrol, de 230,6 a 302, 5, un incremento del 31,1 %; en Pontevedra, de 187,4 a 242,1, lo que supone una subida del 29,1 %; en A Coruña, de 278,1 a 343,8, lo que equivale a un alza del 23,6 %; en Vigo, de 244,7 a 299,8, lo que representa una subida del 22,5 %; y por último, el menor incremento medio se da en Lugo, donde el recibo estaba en el año 2008 en 202,4 euros y se situaba a finales del 2014 en 236,7, lo que supone una subida del 16,9 %.

Las causas

La favorable salud que evidencia este impuesto explica la fortaleza relativa que han mostrado las arcas municipales en los años más duros de la crisis. Este tributo se ha convertido en el verdadero salvavidas de los municipios en los años de tormenta. A ello ha contribuido el aumento gradual de tipos de algunos ayuntamientos, pero sobre todo la decisión adoptada por el Gobierno central a finales del 2011 según la cual, con carácter general, se aprobaba una subida de entre el 4 y el 11 %, en función del año en el que se hubiese hecho la última revisión catastral.

Esta es precisamente otra de las cuestiones centrales que explican en parte las cifras de recaudación. Desde el inicio de la crisis, en Galicia, hay más de medio millón de bienes inmuebles más, según Hacienda, pero aquí también ha jugado un papel determinante la progresiva actualización de los valores catastrales a petición de los propios ayuntamientos.

Desde el inicio de la crisis, en Galicia han experimentado una subida por encima del 30 %. En la calle, la gente se pregunta cómo puede ocurrir esto tras el pinchazo de la burbuja, que ha provocado una profunda devaluación de los inmuebles. Según Hacienda, el valor catastral, como referencia, debe situarse en el 50 % del precio de mercado.

En algunos casos, hay catastros que no se actualizaban desde los años ochenta y noventa. Esto significa que con el bum inmobiliario, tampoco subieron las referencias, lo que favorecía entonces a las familias. Algo que sí se ha hecho ahora, tras el estallido de la burbuja, lo que ha acrecentado el malestar social.

Pero el elemento clave de la subida está también en la revisión al alza que aprobó el Gobierno central en el 2011, que hizo que los municipios pudiesen aumentar la recaudación sin que los alcaldes, en plena crisis, asumieran el coste social e impopular de una subida de impuestos.

Hacienda ha informado esta misma semana de que revisará los catastros de casi un centenar de municipios gallegos, que quieren que se les apliquen los coeficientes de actualización. Se trata, en todos ellos, de ayuntamientos en los que se ponen de manifiesto diferencias sustanciales entre los valores de mercado y los que sirvieron de base para las referencias catastrales actualmente vigentes.