La construcción coge aire en Galicia con más empleo y nuevas licencias

Rubén Santamarta Vicente
rubén santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

El sector de la construcción en Galicia
La Voz

Repunta la obra de nueva vivienda, pese al elevado «stock» que aún se mantiene

20 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El negocio que propició aquello que se dio en llamar el milagro español entre finales del siglo XX e inicios del XXI vuelve a florecer. No lo hace -ni lo hará ya nunca, coinciden los expertos- a los niveles de aquellos años de vino y rosas, pero las señales que emite el sector de la construcción comienzan a ser algo alentadoras, después de un lustro largo de destrucción de empleo, paralización de licencias y caída a plomo de la financiación a promotores. Todos estos indicadores están ahora en verde, tras años en rojo. También en Galicia, aunque esta comunidad nunca se ha distinguido por protagonizar un bum del ladrillo. Pero vuelven a aparecer las grúas en el paisaje urbano gallego.

Dos de los principales indicadores dan una idea de ese renacer. Hasta julio se encadenaban siete meses consecutivos de crecimiento en el empleo, de nuevas afiliaciones para la construcción de vivienda. Según datos del Ministerio de Empleo, hay unos 24.300 trabajadores dedicados directamente a esa actividad. Son la mitad que hace seis años, sí, pero en una progresión positiva y sostenida desde enero, algo que no se veía desde el 2007. Los repuntes son discretos, entre el 1 y el 3 % dependiendo del mes. Pero es que se venía de caídas de hasta el 20 % entre los años 2012 y 2013. Otra estadística, la de la encuesta de población activa, que abarca más ramas de la construcción -no solo levantar casas- también revela un empuje en el empleo, con 75.600 ocupados en este negocio a mediados del 2015, la cifra más alta desde el primer semestre del 2012.

Si se contrata más es porque hay más tarea. Y, aunque de forma discreta, sí se está notando. El 2014 acabó con el primer repunte en siete años en el número de licencias de construcción de obra nueva. Y en los cinco primeros meses de este ejercicio, esa tendencia parece asentarse. Se ha dado permisos para levantar 573 edificios -349 de ellos residenciales-, según el Ministerio de Fomento. Es el número más elevado en tres ejercicios, comparando siempre los cinco primeros meses de cada ejercicio.

En todo caso, estos números conviene siempre observarlos a cierta distancia, porque, pese a los repuntes, las cifras absolutas, tanto de licencias como de empleados, están muy lejos aún de los años gloriosos del sector; esos que no volverán. Baste un dato en el conjunto de España: hay ahora alrededor de un millón de empleados de la construcción, cuando en los años del bum se rozaron los tres. No se observa semejante roto en ningún otro sector.

Repunta el crédito

Pero para que haya más construcción, tiene que haber antes otras dos cosas: demanda y crédito. Lo primero, en vivienda nueva, parece que empieza a repuntar, aunque sigue habiendo un gran lastre detrás: el enorme stock de pisos sin vender. Son casi 30.000 viviendas vacías en Galicia, una buena parte de ellas en manos de los bancos. Eso puede tirar atrás aún este negocio. Y lleva a la otra cuestión: qué pasa con los préstamos de la banca a los promotores. Lo cierto es que las entidades han comenzado aflojar en un sector que estuvo prácticamente vetado entre el 2010 y el 2013. Se denegaba cualquier operación, coinciden las entidades consultadas. Ahora se suelta algo más coincidiendo con la mejora económica y con el descenso en la ratio de morosidad de este negocio: se rozó el 40 % y ahora se va camino del 30 %.

En Galicia, una parte de esa actividad crediticia tiene que ver con Abanca. La mayor entidad financiera de la comunidad tiene ahora en sus balances unos 541 millones prestados a promotores y constructores; hace un año eran 360. Un incremento notable que se explica por la relajación de Bruselas en las condiciones de operatividad del banco. «Antes -relata el director de una oficina- tenías que decir sistemáticamente que no a cualquier constructor. Ahora las operaciones se estudian y se pueden financiar, con límites, mirando el lugar, las condiciones, el porcentaje que hay que financiar... Pero es un gran avance».

Sin embargo hay un lastre importante en la banca: ese elevado número de pisos, solares y edificios a medias que siguen teniendo en propiedad, consecuencia de embargos a particulares y quiebras de promotores. Desprenderse de ellos es una prioridad, y es, a la vez, una fuerte competencia para el constructor.

Todo fiado a los servicios

Más empleo, más obras, también más consumo de cemento (casi un 9 % más en el primer semestre en España), algo más de alegría en el crédito... Indicadores de que ya se ha tocado suelo y se empieza a remontar en una actividad clave para la economía nacional. Pero este despertar presenta también otra inquietud: la constatación de que España no ha sido capaz de cambiar de modelo económico durante los años de la crisis. Se fía todo, como en los años dorados, a los servicios (turismo, principalmente, y hostelería) y al cemento.