Vuelven a sonar tambores de fusiones en el sector financiero español, cuando se empezaba a superar la mayor reestructuración que se recuerda en este negocio. La que terminó con el modelo de las cajas de ahorros e hizo pasar al sector de 55 entidades a apenas una docena.
Vuelve el ruido, pero en Abanca la cúpula dice que ni lo oye. La entidad cumplirá este jueves, 25 de junio, un año de su renacimiento, cuando implantó la nueva marca, consejo, equipo directivo, estrategia comercial (más crédito al consumo y para pymes)... La entidad cerró el 2014 con una ganancia espectacular, abultadísima: 1.157 millones de euros, más de la mitad de ellos gracias a bonificaciones fiscales. En el primer trimestre esos números se han templado: 112 millones, según las cuentas publicadas ayer por la CECA. El banco sigue cojeando en la primera línea de negocio (el margen de intereses), pero mantiene su fortaleza en el negocio de operaciones financieras (plusvalías, compra y venta de valores, cartera de renta...), que le están reportando importantes beneficios.
Mantener el pulso comercial, en un entorno de lenta recuperación y tipos de interés bajo, es el principal reto. Y una novedad, porque supone volver a la normalidad, a la banca aburrida, en una entidad que desde la fusión de las cajas (de las que ha heredado el negocio Abanca) se ha visto siempre señalada: recorte de plantilla, bancarización, nacionalización, subasta, preferentes, indemnizaciones millonarias...
La hoja de ruta del banco no marca ahora ningún hito inmediato, más allá de la junta de accionistas de finales de mes en la que se abordará el pago del primer dividendo de la historia. Si sale adelante, se repartirán 150 millones, 132 de ellos para el FROB, para pagar los 600 millones que aún adeuda Banesco (socio principal) al Estado.
La hoja de ruta sigue su curso, marcada por dos pautas que recuerda Juan Carlos Escotet, máximo accionista: seguir en solitario (salvo que se presente alguna oportunidad de compra), y salir a bolsa en el 2018. Porque forma parte de la cultura financiera del banquero venezolano; y porque el BCE lo alienta.