Draghi dice que la «pelota está en el tejado» de Grecia y pide acción urgente

Agencias / La voz REDACCIÓN

ECONOMÍA

EMMANUEL DUNAND | Afp

El presidente del Banco Central Europeo exhorta a las partes a dar un último paso mientras Tsipras se muestra desafiante con los acreedores

15 jun 2015 . Actualizado a las 16:15 h.

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha exhortado a todas las partes implicadas a dar el último paso para lograr un acuerdo con Grecia lo antes posible, pero insistió en que «la pelota está en el tejado del Gobierno griego».

La máxima autoridad monetaria de la eurozona señaló que la decisión de desembolsar nuevas ayudas a Grecia y de decidir si se finaliza la revisión del actual programa es solo del Eurogrupo, pero que el BCE «está haciendo todo lo posible por lograr un resultado exitoso» en estas negociaciones. Draghi ha comparecido ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, cita antes de la cual el economista italiano tuvo un almuerzo con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, quien le puso al corriente del momento que viven las negociaciones con Atenas.

Por su parte, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, ha adoptado un tono desafiante con sus acreedores, horas después de que volvieran a fracasar las negociaciones entre ambas partes sobre el programa de ayudas a Atenas. El dirigente aseguró que Grecia esperará «con paciencia» hasta que sus acreedores -Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo y Unión Europea- «se adhieran al realismo».

Tsipras arremetió contra los acreedores por «su oportunismo político» al intentar obligar a Atenas a recortar aún más su sistema de pensiones, una medida que el gobierno antiausteridad siempre se ha negado a aplicar. «Uno sólo puede ver un propósito político en la insistencia de los acreedores en nuevos recortes en las pensiones tras 5 años de saqueo bajo los rescates financieros», declaró el primer ministro al diario de izquierdas Ephimerida ton Syndakton.

Grecia y sus acreedores negocian el desembolso del último tramo de ayuda prometido a Atenas, de 7.200 millones de euros, a cambio de un programa de reformas sobre el que no consiguen ponerse de acuerdo. El gobierno heleno estaría, sin embargo, dispuesto a aceptar los objetivos de superávit primario (fuera del pago de la deuda) fijados por los acreedores para este año (1 %), según Annika Breidthardt, una portavoz de la Comisión Europea. Ese punto suponía uno de los mayores obstáculos en las negociaciones, ya que Grecia deseaba un superávit primario del 0,6 % para el 2015. Atenas aún no confirmó haber aceptado esos objetivos fiscales.

Los acreedores de Grecia presentaron a Atenas una propuesta de cinco puntos, en la que insisten en un ajuste fiscal para el país y la reforma de las pensiones. «Ahora le corresponde a la parte griega responder a las generosas propuestas de las instituciones», declaró Martin Jäger, el portavoz del ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble. La respuesta de Grecia fue la habitual: «No aceptaremos medidas que aumenten el IVA sobre los bienes de alimentación básica ni una rebaja de las pensiones», dijo este lunes el portavoz del gobierno Gabriel Sakellaridis.

Atenas ofreció cambiar las medidas de ahorro que rechaza por otras equivalentes, pero los acreedores rechazaron esa propuesta, explicó al diario Ethnos el ministro Nikos Pappas, que participó en las negociaciones de este fin de semana en Bruselas. El economista jefe del FMI, Olivier Blancard, recordó el domingo que un alza del IVA y una reforma de las pensiones eran imprescindibles en Grecia, al tiempo que pedía a los gobiernos europeos que tuvieran un gesto sobre la deuda griega.

Estos últimos, que temen la presión de sus electores, se niegan, sin embargo, a aceptar cualquier quita sobre la deuda griega. El desacuerdo entre los acreedores no facilita las negociaciones y no hay ninguna reunión prevista con Atenas hasta el eurogrupo del jueves. El ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, representará a Grecia ante sus homólogos, mientras Tsipras viajará a Moscú, por segunda vez en dos meses.