Rodrigo Rato tras ser detenido y quedar en libertad:  «Tengo confianza en la justicia»

Ana Balseiro
ana balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

El exvicepresidente del Gobierno quedó en libertad de madrugada y regresó a su domicilio

17 abr 2015 . Actualizado a las 10:16 h.

El despacho del exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato está siendo objeto de un nuevo registro en la mañana de este viernes, aunque en esta ocasión él no está presente y permanece en su domicilio, según han informado fuentes de la investigación y testigos presenciales. «Se está completando el registro de ayer», han dicho las fuentes. 

Rodrigo Rato, el otrora todopoderoso vicepresidente del Gobierno con José María Aznar -incluso llamado a sucederle-, el artífice del «milagro» económico del PP, exdirector del Fondo Monetario Internacional (FMI) y también -aunque menos honroso- expresidente de Bankia, parece no haber llegado al final en su descenso a los infiernos. Poco después de las ocho de la tarde de ayer salía detenido de su domicilio, en el céntrico y selecto barrio de Salamanca, en Madrid.

Entre fuertes medidas de seguridad, con la calle literalmente atestada de prensa y curiosos, Rodrigo Rato fue introducido en un coche oficial con destino a su despacho -muy próximo a su domicilio-, para proseguir allí con el registro, dando continuidad al que se realizó en su casa durante más de tres horas y del que los agentes de Aduanas, dependientes de la Agencia Tributaria (AEAT), sacaron varias cajas y bolsas con documentación.

Fue el juzgado de instrucción número 35 de Plaza de Castilla, que estaba de guardia, quien dictó la orden de registro inmediata, después de recibir una denuncia de la Fiscalía de Madrid, que le imputa a Rato la comisión de presuntos delitos de blanqueo de capitales, fraude fiscal y alzamiento de bienes. El ex ministro, que tiene más causas judiciales abiertas por el caso Bankia -la salida a bolsa y las tarjetas black- se enfrenta a este nuevo procedimiento a raíz de la investigación de la Agencia Tributaria después de haberse acogido a la amnistía fiscal del Gobierno del PP en 2012. Tras ello pasó a formar parte de una lista de 705 personas investigadas por el servicio de prevención de blanqueo de capitales (Sepblac).

Rato estuvo presente en el registro en su despacho, ubicado en el número 50 de la calle Castelló, acompañando a los agentes de Aduanas, que precintaron las ventanas del inmueble, sito en una planta baja. En ese momento aún se desconocía si el ex presidente de Bankia quedaría en libertad, como solicitó el fiscal a última hora de la noche, iría detenido a los calabozos de Plaza de Castilla -en esa situación salió de su domicilio, sin corbata y también sin esposas-, o acabaría en la comisaría del barrio de Chamberí, en la calle Rafael Calvo. Y es que la Agencia Tributaria había solicitado a la policía un calabozo en dicha comisaría, aunque sin concretar si sería para trasladar allí al ex ministro.

Finalmente, el exvicepresidente del Gobierno salió de su despacho acompañado de los agentes pasada la medianoche y entró en un coche policial en el que fue trasladado a su casa, donde quedó en libertad. Rato afirmó tras su liberación que tiene «confianza en la Justicia» y que había colaborado «activamente» con los funcionarios de Aduanas. «Estoy en mi casa, con mi familia y en libertad» aseguró el exministro, según informa Efe. 

Paralelamente a los registros de Madrid, el Servicio de Vigilancia Aduanera también procedió a registrar un bufete de abogados de Sotogrande, en San Roque (Cádiz). Según Europa Press, que cita fuentes conocedoras de la investigación, los funcionarios de la AEAT se personaron en el despacho Plaza, donde requisaron «documentos y ordenadores», para averiguar si las relaciones entre esta firma y Rato «tienen que ver o no» con la investigación por los delitos que se le imputan.

El registro en el domicilio de Rodrigo Rato comenzó a primera hora de la tarde. La confusión era enorme. Fuentes de la Audiencia Nacional repetían que la orden de registro no había salido de allí. «Ni del caso Bankia ni del juzgado de guardia», señalaban, para apuntar a la posibilidad que finalmente se concretó: un juzgado de instrucción. El número 35.

Curiosidad, policía y «selfies»

En el exterior de la casa, la llegada de coches de policía y la afluencia de medios de comunicación disparó la curiosidad de los vecinos del barrio, tranquilo y acomodado. Decenas de personas ocupaban las aceras de la calle Don Ramón de la Cruz, en cuyo número 33 reside el ex ministro. Desde los alumnos del colegio del Pilar, muy próximo -allí estudiaron Aznar, Rubalcaba, Wert, Lissavetzky o Solana-, hasta los trabajadores de los comercios, vecinos e incluso turistas casuales, no dudaron en inmortalizar el momento con sus móviles. Además de los selfies para dejar constancia del yo estuve allí, los comentarios permitían testar la sorpresa y el hartazgo.

«Estoy completamente alucinada. ¡Vaya país!». «Esto es una maniobra de Rajoy. ¡Cómo está España! ¿Cómo no se le va a votar a Ciudadanos?». «¡Ah! Se lo llevan a declarar al juzgado porque lo han pillado con dinero». Los comentarios se multiplicaban. Quizá el que mejor reflejaba el estupor de un barrio acomodado y tradicional, poco acostumbrado a los escándalos, era el de una mujer que se preguntaba «¿y qué pensará el servicio?», en referencia a los empleados de hogar del exvicepresidente.

Mientras que la policía cortaba intermitentemente al tráfico la calle, para que los vehículos con cajas de papeles pudieran marcharse y llegar hasta el lugar otros, había quien se quejaba de que lo que habían montado era «un circo». «Con las elecciones próximas y en plena campaña de la Renta, el PP querrá que resulte ejemplarizante».