Joaquín Nieto: «Hay margen para subir los sueldos»

Gabriel Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

MARCOS MÍGUEZ

Defiende que estamos en el momento para cambiar el modelo productivo

17 abr 2015 . Actualizado a las 08:50 h.

«Este 2015 será un año clave para la agenda social internacional». Este es el mensaje que transmitió ayer Joaquín Nieto (Mendavia, Navarra, 1956), director de la oficina de la Organización Internacional del Trabajo para España, en A Coruña, donde impartió una conferencia en la Escuela Universitaria de Relaciones Laborales y donde hoy, a las 11, participará en otro acto en el edificio sindical de Alfonso Molina.

-¿Qué pasará este año?

-En este 2015 hay varias citas destacadas, como la conferencia mundial para la financiación al desarrollo o la cumbre de París, en la que se adoptarán nuevas medidas contra el cambio climático, y cuyas decisiones acabarán influyendo también en la agenda económica y laboral. No se puede plantear la reducción de la pobreza sin abordar el debate del trabajo decente y la protección social, que son las dos claves. ¿Y qué es un trabajo decente? Aquel regulado por un contrato, sin discriminación y con buenas condiciones laborales. De los tres mil millones de personas que trabajan en el mundo, 1.400, casi la mitad, no tienen un sistema de protección social y 800 no tienen ninguna de esas garantías.

-¿Y es decente el empleo que se crea en España? Porque se debate mucho del asunto...

-Si miramos los ingresos, ha habido una devaluación salarial muy fuerte, que continúa. Y hay también un deterioro de la relación contractual: los empleos a tiempo completo son cada vez menos, mientras crecen los temporales, en los que los sueldos son inferiores -10 euros a la hora frente a 16- y caen a más velocidad: un 1,2 % el año pasado. Por tanto, sigue el deterioro de las condiciones salariales en un país en el que los aumentos de la productividad han sido muy relevantes en los últimos años, cinco puntos en el 2014. El margen que hay para subir los sueldos desde el punto de vista de la economía está claro, aunque cuánto tienen que hacerlo es algo que deben determinar los agentes sociales.

-¿Le parece suficiente que lo hagan en el entorno del 1 %, como negocian sindicatos y patronal?

-Lo que acuerden nos parece bien, como también vemos interesante que, dadas las mejoras que ha habido en España, se introduzca la competitividad como un factor de mejora salarial.

-Hay quien dice que un incremento de los salarios podría frenar la creación de empleo. ¿Comparte esa tesis?

-No. Al contrario, teniendo en cuenta la impresionante reducción de los ingresos de las familias, consideramos que esa devaluación salarial pone en riesgo la recuperación económica. Buena parte de los beneficios de esta no han ido a la economía productiva, que sigue en dificultades porque ante el estancamiento de los ingresos la demanda agregada tiene dificultades para crecer, sino que han ido a la economía financiera, y eso puede crear riesgos de miniburbujas. Lo que necesita la economía española para un despegue en condiciones es mejorar los ingresos de la gente.

-¿Qué factores han mermado la calidad del empleo en España?

-Principalmente, la sustitución de contratos existentes, en condiciones más dignas, por otros con salarios mucho más bajos. No ha habido una bajada de los sueldos existentes, salvo en las Administraciones públicas. En el sector privado el mecanismo para la devaluación fueron los despidos masivos y las contrataciones en condiciones inferiores. Pero hubo otros, como el trabajo no declarado, que en España se concentra en las horas extras. Se hacen 11,5 millones de horas no declaradas a la semana, lo que supone que la Seguridad Social deja de ingresar unos 3.000 millones y que no se crean 300.000 empleos.

-Ahora hay un nuevo riesgo: los trabajadores pobres.

-Sí. Antes, si conseguías un trabajo salías de la pobreza, hoy no hay esa garantía. El colectivo de trabajadores pobres en España está tres puntos por encima de la media europea. ¿Dónde se concentran? En los autónomos, donde un 34 % son pobres, y en los empleados a tiempo parcial. Hay 1,4 millones de trabajadores con ingresos inferiores a los 5.000 euros al año. Los segmentos del empleo que más han aumentando es donde se concentra la pobreza.

-En su último informe calculaban que España no recuperaría el empleo perdido hasta el 2023. ¿Mantienen ese pronóstico?

-No variará mucho, porque el volumen de paro es muy alto. Sigue habiendo un desfase entre la recuperación de la economía y la del mercado laboral.

-Se ha hablado mucho de cambio de modelo productivo, pero vuelven a ser la hostelería y la construcción los sectores que más empleo crean.

-Ahí está la cuestión. Son las actividades en las que se sustenta el empleo las que determinan su sostenibilidad. El cambio de modelo productivo es la precondición para que haya un cambio estructural. Y es evidente que hay que modernizar la economía, que sea más sostenible ambientalmente, basada en las tecnologías de la información y más diversificada. Si la salida de la crisis se hace con la economía anterior, el empleo seguirá siendo tan vulnerable como ha demostrado serlo en el pasado.

-¿Y cuándo hay que hacer esa transición?

-Este es el momento clave, porque es ahora cuando se están decidiendo las inversiones. España puede parecer ahora un país interesante para invertir pero, ¿en qué? Si se vuelve a invertir en hostelería y construcción tendremos las mismas vulnerabilidades.

-¿Es necesaria otra vuelta de tuerca a la reforma laboral como acaba de pedir el BCE?

-Los problemas en España no tenían nada que ver con la normativa laboral, como demuestra que, con las mismas leyes, haya comunidades con un 50 % más de desempleo que otras. La normativa laboral debe acompañar los procesos de transformación de la economía y de los modelos productivos, ese debería ser el sentido de cualquier reforma laboral, porque pensar que por sí sola corrige los desequilibrios no tiene ningún fundamento empírico.