Trabber.es, el monopolio de Renfe y ¿en tren o autobús?

ECONOMÍA

maria pedreda

La compañía ha visto un nuevo nicho de negocio y ha configurado su comparador para que no solo busque los billetes de avión y hoteles más baratos, sino también otras alternativas de viaje

22 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque acabar con el monopolio de Renfe está costando, se puede decir que «vai indo»; lento, pero «vai indo». No hay una fecha para la entrada de competencia en el transporte de viajeros por ferrocarril, pero sí se sabe que empezará con una línea que une Madrid con Valencia. Ante esta nueva situación, la compañía Trabber.es ha visto un nuevo nicho de negocio y ha configurado su comparador para que no solo busque los billetes de avión y los hoteles más baratos, sino que rastree si hay otras alternativas de viaje, como el autobús o el tren.

Los padres de Trabber son Óscar Frías, un ingeniero que este año cumplirá 41 años, y Daniel Katime, un físico de 43. Defienden que el nuevo servicio es especialmente relevante en un sector en proceso de liberalización, pero advierten que desde hace unos años las compañías de autobús y de tren han comenzado a lanzar ofertas y promociones especiales con descuentos de hasta más del 50 %. «Esto hace más útil que nunca tener una herramienta que compare los precios de forma transparente (el comparador ofrece el precio final del billetes, incluyendo las tasas por maletas en el caso de los aviones o posibles recargos por pago con tarjetas de crédito) y en un solo clic», argumentan.

Al hacer ese clic el usuario puede comprobar que sí es cierto que hay ciertas diferencias de precio en un viaje de 600 kilómetros (Madrid-A Coruña, por ejemplo), pero económicamente podríamos estar hablando de diez euros. Si hacemos un nuevo clic y para la ida y vuelta en los mismos días elegimos el avión comprobamos cómo el abanico de precios es mayor. La diferencia entre apostar por el transporte terrestre y el aéreo puede suponer gastar entre los 100 y los 400 euros más. Es decir, si el billete de tren o de autobús pueden costar entre los 70 y los 80 euros, el precio de un billete de avión ida y vuelta no baja de los 180 euros.

En el siglo XXI como en la Edad Media

Quedó claro que si alguien quiere viajar la información que se puede conseguir a través de la web es importante. Sin embargo, el trabajo de este rastreador confirma otro hecho no menos relevante y, si cabe, más trascendente para la comunidad de viajeros: los consumidores en pleno siglo XXI no se ven afectados por los beneficios de la libre competencia. No se engañen porque en la práctica no existe. Me explico, Renfe -cuyos niveles de competitividad han incrementado abrumadoramente en los últimos años, que todo hay que decirlo- es un operador único que compite con él mismo y su propio mecanismo en las vías del Adif. En cuanto al transporte de viajeros por carretera, la competencia es tan mínima que se pudiera decir que no existe. En el tema de los viajes de avión existen más opciones, aunque territorios más distantes de las grandes capitales suelen estar maltratados por las líneas aéreas. Solo existe un cierto grado de competencia si lo que comparamos son precios y tiempos entre un trayecto en autobús, tren y avión. Esto es lo más llamativo, porque los perjuicios de la falta de competidores se pone de manifiesto con el nacimiento de plataformas de transporte comunitario como Blablacar, Amovens o Caarpooling.

Llega Semana Santa y quizá sobren estos rompederos de cabeza que los responsables políticos no quieren arreglar. Así que solo algunos consejos que da Rumbo para conseguir un chollo a la hora de reservar su hotel por Internet: si no lo hizo antes, es conveniente que espere al último momento para encontrar un auténtico bombazo de precio; pague en varios plazos si es que no lleva aparejado coste adicional; si tiene muy claras las fechas y sabe que no va a cancelar su viaje, opte por tarifa no reembolsable. Pero sobre todo lo que debe de hacer es hacer las maletas y pasárselo bien.

sofia.vazquez@lavoz.es