Las horas perdidas por las huelgas convocadas en Galicia caen un 60 %

Gabriel Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

La conflictividad laboral está en su nivel más bajo en 39 años de democracia

20 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El año pasado se perdieron en España 9,19 millones de horas de trabajo por huelgas. El dato supone un retroceso del 40 % respecto al año anterior y, lo que es aún más representativo, la cifra más baja de toda la democracia. Hay que remontarse a 1972, en pleno franquismo, para encontrar un registro menor, según la serie histórica que recoge la CEOE en su último informe sobre conflictividad laboral.

Según el departamento de relaciones laborales de la patronal, de los 3,9 millones de trabajadores que estaban llamados a alguno de los 958 paros organizados el año pasado, apenas 328.356 (un 8,4 % del total) decidieron secundar la convocatoria. El descenso es generalizado en todos los indicadores, como refleja el índice de conflictividad laboral, que mide las horas de trabajo perdidas sobre el total de la jornada que debería haberse trabajado en todas las empresas del país. El año pasado la ratio cayó hasta el 0,43 %, tres décimas menos que en el 2013.

24.000 jornadas laborales

En el caso de Galicia, ese indicador descendió el año pasado al 0,16 %, lo que la sitúa como la sexta comunidad con más incidencia de los paros, a pesar de que las horas perdidas cayeron un 62 %, hasta las 192.596, el equivalente (si se toma una media de ocho horas diarias) a 24.074 jornadas de trabajo.

Hay que remarcar que los datos aportados por la CEOE para la comunidad solo contabilizan huelgas de ámbito autonómico o provincial y no aquellas que, convocadas a nivel estatal -bien porque la empresa tenga centros de trabajo en varias comunidades o porque afecte a un convenio nacional- tienen incidencia también en Galicia. Quien sí territorializa todos los datos es el Ministerio de Empleo, que estima que entre enero y noviembre (último dato disponible) se produjeron 98 paros, frente a los 57 que estima la patronal, en los que participaron 23.400 trabajadores, un 47 % menos que un año antes.

¿Y a qué se debe este acusado descenso en el que coinciden CEOE y Empleo? Por una vez, sindicatos y patronal realizan un diagnóstico bastante similar, aunque con algunos matices. El presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia, José Manuel Fernández Alvariño, apunta varias causas, desde la menor actividad industrial al «paro galopante» pero destaca, sobre todo, la «responsabilidad» que a su entender están demostrando los sindicatos para limitar la conflictividad y minimizar los daños a las empresas. «Ambas partes hemos comprendido que lo principal es proteger las empresas y el empleo», apunta el presidente de la patronal, que cree que al contrario que el absentismo, que ha vuelto a repuntar tras años a la baja por el miedo a perder el empleo, en el caso de las huelgas todavía queda recorrido a la baja.

Maica Bouza, secretaria de Empleo de Comisiones Obreras en Galicia, cree que es la precarización del mercado laboral el principal factor que explica que haya menos trabajadores que vayan a la huelga, ya que con empleos temporales y cada vez con jornadas más reducidas «los trabajadores están en una posición cada vez más débil». A lo que añade que, en el caso de Galicia, la comunidad destruyó empleo aún el año pasado (2.200 según la EPA), frente a la creación de puestos de trabajo que se produjo en el conjunto del país. Y a esto habría aún que añadir, explica, otro de los efectos de la reforma laboral: el enfriamiento de la negociación colectiva, con un descenso acusado en el número de convenios que se firman cada año y cuyas negociaciones han sido tradicionalmente una de las principales causas de estas huelgas.

Una cuarta parte de los paros se convocan tras una regulación de empleo

Casi un 26 % de las huelgas convocadas el año pasado en las empresas españolas se iniciaron como medida de protesta por la aprobación de un expediente de regulación de empleo (ERE) en la compañía. Es la causa mayoritaria, por delante de los retrasos en el pago de las nóminas o la petición de mejoras, tanto salariales como de condiciones no reguladas en el convenio. La negociación de estos, o la ruptura del diálogo, originó otros 56 paros. En total, casi un 96 % de las horas de trabajo perdidas el año pasado se produjeron por huelgas de carácter laboral, con un peso cada vez menor de los conocidos como paros de «solidaridad» y los de índole extralaboral.

Más de la mitad de los paros (el 57,6 %) tuvieron una duración muy limitada, de cinco o menos jornadas de trabajo, y solo 18 se prolongaron durante más de un mes. En este último caso se encontraría el paro más largo de los realizados en Galicia, el de la empresa arousana Lantero, cuyos trabajadores mantuvieron un pulso de 118 días con la dirección de la empresa hasta conseguir que esta readmitiese a 48 despedidos y, a cambio, aceptaron un plan de bajas incentivadas.

De esta forma, con cesiones por ambas partes, acabaron el año pasado 214 de las huelgas convocadas. En 62 se impusieron las condiciones de los trabajadores y en 64, las de la empresa. Aunque la inmensa mayoría acabaron sin acuerdo, lo que implicó, explica el informe, la venta del centro de trabajo o el cierre de la compañía.