Un gallego pagará 151 euros más que un madrileño por el IRPF de este año

Ana Balseiro
ana balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

Galicia sí está en la media en otros impuestos, como patrimonio y sucesiones

11 mar 2015 . Actualizado a las 13:11 h.

La reforma fiscal que ha entrado en vigor este año tendrá un efecto menos intenso en tres comunidades, ya que Galicia, Cataluña y Andalucía han decidido no tocar a la baja el tramo autonómico del IRPF. De este modo, la rebaja tributaria para sus ciudadanos -aunque se notará por la caída del tramo estatal- será menor. Esta es una de las conclusiones del informe que, bajo el título Panorama de la fiscalidad autonómica y foral 2015, presentó ayer el Registro de Economistas Asesores Fiscales.

El documento, que anualmente hace una revisión comparada de las novedades tributarias, usa un ejemplo tipo para analizar la asimetría en diferentes tributos en función del territorio. Porque el lugar en el que se reside influye en la factura con el fisco. Así, en lo que respecta al IRPF, para el caso de un contribuyente soltero, sin hijos, menor de 65 años y sin discapacidad ni ninguna otra circunstancia personal que pudiera darle derecho a deducciones, con una renta bruta anual de 20.000 euros, en Galicia pagaría en la declaración de la renta del 2015 2.510,70 euros, 151,70 más que en la comunidad con el IRPF más bajo, Madrid.

De hecho, la horquilla entre la autonomía en la que la factura de la renta es mayor (Andalucía y Cataluña, con 2.566,6 euros) y aquella en donde es menor (Madrid, con 2.359,86 euros) está en 207 euros, un 5,5 %, según los cálculos del Reaf. Galicia es, solo por detrás de Andalucía, Cataluña y Valencia, la cuarta comunidad en la que el IRPF es más oneroso para el contribuyente. Madrid, Castilla-La Mancha, Cantabria y Canarias están en el extremo contrario.

Pese a todo, los gallegos, al igual que el resto de españoles, sí notarán el impacto de la reforma en el bolsillos ya que comparada con la factura del IRPF del 2014 (que abonarán esta primavera), la del 2015 será -para el supuesto citado- 139 euros menor.

A esto se suma el hecho de que las retenciones que se les practican a los contribuyentes no se ajustan a la realidad del impuesto en cada comunidad. Así, por ejemplo, en Cataluña, Andalucía y Galicia, que lideran el ránking de territorios con el IRPF más alto, la cantidad que los contribuyentes pagan mes a mes en sus nóminas como anticipo del impuesto no cubre la cuantía final de este, mientras que en las comunidades con fiscalidad más beneficiosa la supera. Así, catalanes y andaluces pagan 116,60 euros de menos (casi 61 euros en el caso gallego) por lo que la declaración de la renta les saldrá a pagar para cubrir esa diferencia, al contrario que en Madrid, donde al contribuyente del ejemplo el fisco le devolverá 90,14 euros.

Asimetría tributaria

Pero aunque los gallegos estén peor tratados en el IRPF, sí están en la media del resto de comunidades en lo que respecta a otros tributos que, como el de patrimonio o el de sucesiones y donaciones, son competencia exclusiva de las comunidades.

En el caso de patrimonio, Madrid es el único territorio donde se bonifica al 100 %. Y mientras que los madrileños no pagan nada por ese impuesto, para un patrimonio de 800.000 euros, en Cataluña se abonarán 769 euros -la tarifa más alta de todas las comunidades-, seguida de los 300 de Extremadura y los 240 euros de autonomías como Murcia, Galicia o Andalucía. El resto de las comunidades, a excepción de La Rioja, donde la factura sería de 100 euros, se pagaría al fisco 200. A mayor patrimonio, mayores diferencias tributarias.

Los expertos alertan del efecto llamada de las comunidades con menor tributación

El efecto llamada de los impuestos más bajos o inexistentes en algunas comunidades, como la de Madrid, es un aspecto sobre el que los expertos advirtieron ayer. «Yo vivo en Asturias, donde pagamos uno de los tipos más altos de España, y todo el mundo -con patrimonio- quiere ir a morirse a Madrid». Así ironizaba Jesús Sanmartín, presidente del Registro de Economistas Asesores Fiscales, sobre una realidad que existe y que algunas autonomías también han denunciado, llegando a calificar a Madrid de «paraíso fiscal». En su momento, preguntada ante una posible fuga de contribuyentes, la Xunta negó que se hubiera detectado tal situación.

Pero la tributación pesa, por ejemplo, a la hora de asumir una herencia o una donación. Porque mientras que en Madrid un soltero de 30 años que herede 800.000 euros (de los que 200.000 correspondan a la vivienda del fallecido) solo pagaría 1.586 euros a Hacienda, la factura en el resto de comunidades oscilaría entre los 1.269 de Cantabria a los más de 164.000 euros de Andalucía y Murcia. Galicia se quedaría en la parte intermedia de la horquilla: 55.180 euros.

Solo en el caso de los tributos vinculados a la actividad inmobiliaria, como son el impuesto sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados, Galicia está en el extremo superior de la horquilla territorial. Junto a Cataluña y la Comunidad Valenciana es donde esta figura fiscal es más gravosa para el contribuyente.