José María Castellano defiende su honor en los tribunales

ECONOMÍA

Álvaro Ballesteros

El expresidente de Ono y Rosalía Portela ya reclamaron cien millones de euros

08 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

José María Castellano y Rosalía Portela, presidente y consejera delegada de ONO antes de que fuese vendida a Vodafone, han decidido defender su honor en los tribunales sacando toda su artillería. Ya reclamaron (o lo harán en pocas semanas, siguiendo las pautas que marcan los procedimientos judiciales) cien millones de euros. La situación no puede tensarse más. El enfado de los ejecutivos (concretamente con Vodafone España) es mayúsculo. Y más que por los bonus que han dejado de percibir -que también-, por las dudas que sobre su profesionalidad y honorabilidad se han sembrado.

Todo comenzó cuando Vodafone compró ONO por 7.200 millones de euros. Una vez firmada la operación, a la operadora le tocó pagar un bonus de 25 millones de euros a Castellano, otro de la misma cuantía a Rosalía Portela y un tercero de 15 millones a Carlos Sagasta, que había sido director financiero. Pero el abono nunca se llegó a efectuar. La compañía compradora les retuvo el pago al tiempo que los acusó de manipular las cuentas de ONO. Argumentó que los directivos habían participado en un fraude fiscal con el objetivo de inflar el volumen de negocio de ONO y así lograr un precio de compraventa más atractivo, lo que perjudicó a Vodafone.

El presunto fraude se acotaba a compañías que operan un área de negocio muy concreta (empresas que prestaban servicios, por ejemplo de tarot). Hacienda comenzó a investigar si cuatro clientes de ONO defraudaban o no el IVA, y, al parecer, concluyó que el fraude no lo cometerían clientes de ONO, sino clientes de clientes. Localizados, al parecer, en Polonia y Malta.

De acuerdo con la información manejada por los equipos jurídicos de los que fueron los primeros ejecutivos de la cablera, la investigación por parte de Hacienda de este fraude carrusel fue comunicada por los ejecutivos -concretamente por Rosalía Portela- a Vodafone días antes de la compra. Por lo tanto, la compañía británica podía haberse echado atrás. No lo hizo, y solo cuando llegó el momento de pagar los bonus vinieron las reticencias. Castellano y Portela entienden que la denuncia no tiene sentido. Incluso la califican de ridícula, ya que se trata de un área de negocio muy pequeña. En el 2013 aportó 10 millones sobre los 700 del ebitda de todo el grupo. Equivaldría a 100 millones sobre una operación de venta de 7.000.

Castellano presentó el 10 de diciembre del 2014 una demanda civil de reclamación de cantidad. Paralelamente, Rosalía Portela presentó una laboral por despido improcedente, que se amplió con otra de reclamación de cantidad. Además, puso en marcha una querella criminal, a la que en las próximas semanas (previsiblemente en abril) se sumará la que firmará el ejecutivo gallego. Castellano está dispuesto a pedir intereses de demora por la retención de los 25 millones de su bonus. Entre unas cosas y otras, Vodafone se juega en estos momentos más de 200 millones. Sin embargo, la operadora de telefonía ha confirmado a este periódico que no ha interpuesto ninguna denuncia en los tribunales contra los directivos por este asunto y prefiere no hacer ningún tipo de declaraciones. Así las cosas, el conflicto parece que no ha hecho más que empezar, y hay a quien no le extrañaría que acabase con la carrera profesional de más de uno.