Martinsa, sin acuerdo con la banca, bordea su liquidación

Rubén Santamarta Vicente
rubén santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

BENITO ORDÓÑEZ

Las entidades exigen apartar a Fernando Martín de la propiedad para adherirse a la propuesta de salvación

26 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Martinsa-Fadesa, el símbolo del crac del ladrillo, en concurso de acreedores desde hace ocho años, se enfrenta a unas horas decisivas. Esta medianoche vence el plazo dado por un juzgado de A Coruña para que los acreedores se sumen, o no, a la última propuesta de convenio presentada por la compañía para tratar de lograr su supervivencia. Si no logra suficientes adhesiones, irá directa a la liquidación. Y fuentes conocedoras de las negociaciones aseguraban anoche que esta vía, la de la desaparición, no está para nada descartada pese a que en los últimos días algunas fuentes cercanas al PP aseguraban que se quería evitar ese trago por la mala imagen que se trasladaría al exterior: la desaparición de un símbolo del pinchazo inmobiliario justo cuando el Gobierno apuntala el discurso de la recuperación del país.

El problema, según varias fuentes, no está solo en la propuesta presentada por la compañía, ya de por sí dura (una quita del 70 % de la deuda y una entrega de activos a los acreedores). El principal obstáculo tiene un nombre: Fernando Martín. Los bancos acreedores -hay cierta unanimidad en ello- quieren que el presidente entregue la propiedad de la constructora a las entidades financieras y se aparte de Martinsa, de su propia empresa (tiene un 60 % del capital). Quizá, durante un tiempo, podría mantenerse como gestor de la sociedad. Se antoja un trago duro para Fernando Martín. A partir de ahí, si cede el bastón, todo es negociable. Y en ello se estaba ayer, sin que el principal señalado diera su brazo a torcer.

Ninguno de los principales acreedores se han sumado hasta ahora al convenio; hasta ayer solo cuatro pequeños proveedores habían registrado en una notaría de Madrid su adhesión. Insignificantes. El grueso de la banca, la que concentra la práctica totalidad de la deuda, esperará hasta hoy para decidir, en reuniones internas, qué hace. En el límite. Hay convocadas reuniones monográficas en Abanca, Popular, Caixabank... Y en la Sareb. Estos dos últimos actores son clave porque aglutinan el grueso de la deuda. Y en el caso del banco malo, conviene no perder de vista que el Estado es el principal accionista. Su decisión podría marcar la pauta para el resto.

Para la banca, el impacto de una liquidación de la compañía sería casi nulo, según explican otras fuentes. Porque su deuda con Martinsa está prácticamente provisionada. Pero no parecen dispuestos a aceptar un convenio, modificando el ya aprobado, sin obtener algo importante a cambio.