Recursos financieros y apoyo en el país de destino, claves para la salida al exterior

G. L. Redacción / La Voz

ECONOMÍA

GONZALO BARRAL

Tras un incremento del número de empresas exportadoras durante la crisis, el reto pasa ahora por que las ventas sean más regulares

25 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Si la exportación fue la palanca clave para que las empresas españolas consiguieran sobreponerse a la atonía de la demanda interna en lo más profundo de la crisis, la estrategia no pierde importancia en plena recuperación, ya que combinada con el repunte del consumo dentro del país puede contribuir a mejorar el crecimiento potencial de la economía española y anticipar la recuperación de los puestos de trabajo perdidos. Con ese mensaje arrancó el segundo panel de expertos de la jornada sobre financiación de la internacionalización organizada por el BBVA y La Voz, en el que se abordaron los recursos públicos y privados disponibles para financiar la apertura al exterior de la empresa gallega.

Alberto Caruana, responsable de Global Trade Finance de BBVA en España y Portugal, destacó que, pese a los logros de estos últimos años, en los que aumentó un 50 % el número de empresas exportadoras, todavía quedan retos pendientes. El principal, reforzar la recurrencia en estos procesos, ya que solo el 10 % de las empresas que venden en el extranjero lo hacen de forma regular. Incrementar ese porcentaje, remarcó, «evitaría que el 65 % de las exportaciones españolas estén en manos de 500 empresas», como ocurre actualmente.

«La recurrencia evitaría que el 65 % de las exportaciones estén en manos de 500 empresas»Alfonso Caruana

La incorporación de nuevas empresas exportadoras, muchas de ellas pymes, ha requerido cambios también en las entidades financieras, que han tenido que acometer un proceso de modernización de su red para atender todos los requerimientos que les plantean las empresas que estudian internacionalizarse y acompañarlas hasta el mercado de destino. Un cambio de enfoque que se suma al proceso de modernización impuesto por las nuevas tecnologías: «Las empresas pueden seguir apoyándose en la red física, en los gestores de exportación, pero la digitalización ha llegado también a los productos de comercio exterior, de forma que el cliente pueda consultar información sobre países y productos que facilitan el aterrizaje en un determinado mercado y que estos sean accesibles desde la banca electrónica», apuntó Caruana.

Complemento a los recursos que ofrecen las entidades financieras privadas como BBVA son los distintos instrumentos públicos de apoyo a la exportación, que ayer desgranó Sergio Pérez, subdirector general de Fomento Financiero de la Internacionalización del Ministerio de Economía. Alto cargo que, desde su anterior puesto de consejero comercial en la embajada española en Guinea Ecuatorial asistió de primera mano al desembarco en el extranjero de empresarios españoles ávidos por diversificar mercados para garantizarse la supervivencia de sus compañías.

«Ha sido por la gente que cogió la maleta para vender fuera por la que la economía ya ha salido de la crisis»Sergio Pérez

Un proceso que, recordó, se produjo en paralelo a una crisis financiera sin precedentes que obligó al Estado a aportar recursos que cubriesen las necesidades de crédito que no podía atender el sector privado, pese a las restricciones impuestas por los objetivos de déficit. Entre los cuatro principales instrumentos de financiación, Pérez citó el Fondo de Internacionalización de la Empresa, con 500 millones para crédito nuevo al año; los seguros de crédito a la exportación que gestiona la empresa pública Cesce; las líneas de créditos para exportación del ICO y la financiación que aporta Cofides.

Un caso de éxito

Recursos imprescindibles para que los proyectos de las empresas españolas en el exterior lleguen a buen puerto. El de Roberto Díaz-Rincón, presidente de Invertaresa, es uno de esos casos de éxito pese a que su apuesta por la internacionalización «no fue por vocación, sino por obligación». Justo antes de la crisis, la firma, especializada en componentes eléctricos, había adquirido dos empresas mediante una operación de endeudamiento, lo que luego provocó su salto al exterior. Hoy cuenta con ocho fábricas, tres en España y cinco en el extranjero, la última inaugurada hace unos días en Colombia.

«Cuanto más complicado sea el país de destino, más socio local, ese es mi lema»Roberto Díaz-Rincón

A su juicio, la clave está en la «multilocalización»: dejar en España el núcleo del negocio y enviar fuera los procesos que no aportan valor añadido. Díaz-Rincón, que apuesta por la colaboración con socios locales para facilitar el salto al exterior, ve clave también el apoyo de la banca nacional en el país de destino: «Una entidad como el BBVA es la mejor embajada porque conoce el terreno», apunta el empresario, que reclama a la Administración más recursos para la internacionalización.