Hacienda revisó las cuentas donde se cargaron los gastos y no vio nada raro

j. a. b. MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

No llegó a percatarse de su existencia dentro del batiburrillo de números que había en las cuentas donde se cargaron

19 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Hacienda estuvo a un paso de dar con las polémicas tarjetas black, con las que se dilapidaron 15,5 millones en Caja Madrid entre el 2003 y el 2012, pero no llegó a percatarse de su existencia dentro del batiburrillo de números que había en las cuentas donde se cargaron. Así se desprende de la documentación aportada por la Agencia Tributaria.

A requerimiento del juez del caso Bankia, Fernando Andreu, los responsables del fisco han enviado a la Audiencia Nacional las actas (de conformidad) correspondientes al impuesto de sociedades abonado por la caja de ahorros en el 2004, el 2005 y el 2006. De su lectura se desprende que los inspectores revisaron, entre otros documentos, sendas cuentas denominadas Tratamiento Administrativo Circular 50/99 y Gastos de Órganos de Gobierno.

En la primera, según ha confirmado el propio banco al instructor, se cargaron los gastos de esas tarjetas B correspondientes a los consejeros ejecutivos y directivos, y su saldo llegó a ser de 237.088 euros en el 2006. A la segunda fueron a parar las cantidades del resto de consejeros y miembros de la comisión de control, dejando ese mismo año un remanente de 135.799 euros.

La tercera cuenta

También hubo una tercera cuenta (llamada Gastos Reuniones Trab. Tarjetas empresas), que Bankia reveló hace dos semanas y desde la que se costeó el uso de esas Visa Business Oro y Plata «al margen del circuito ordinario».

La defensa de Miguel Blesa, expresidente de Caja Madrid, había pedido que el Ministerio de Hacienda aportara esas actas fiscales para corroborar su tesis de que debía conocer la existencia de las tarjetas.