La fiscalía suiza irrumpe en el HSBC seis años después de la lista Falciani

G. L. REDACCIÓN / LA VOZ, AGENCIAS

ECONOMÍA

MARTIAL TREZZINI | EFE

Registra su sede en el país dentro de una investigación por blanqueo

19 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Seis años ha tardado la Justicia suiza en ver indicios de que la filial del banco británico HSBC podría haber ayudado a sus clientes extranjeros más adinerados a ocultar sus fortunas del fisco. Es el período que ha pasado desde que, a comienzos del 2009, las autoridades francesas confiscaran a Hervé Falciani, extrabajador de la entidad, una relación de más de 130.000 potenciales evasores fiscales con cuentas no declaradas en el HSBC hasta que, ayer, la fiscalía del cantón de Ginebra anunciase la apertura de una investigación penal contra el banco por sospechas de que podría haber participado en un delito agravado de blanqueo de capitales e irrumpiese en las oficinas de la entidad para su registro.

La decisión se produce apenas diez días después de que un consorcio internacional de periodistas comenzase a publicar en varios países, entre ellos España, la identidad de los clientes que escondían su dinero en la filial del primer banco británico. Una investigación que ha generado gran malestar entre la opinión pública suiza, irritada por el desinterés de las autoridades en desvelar las presuntas ilegalidades cometidas en su territorio. «He decidido, tras las informaciones aparecidas en la prensa, abrir una investigación penal para verificar los reproches que eventualmente se puedan hacer al banco», concedió el fiscal general, Olivier Jornot, que explicó que «buscamos todas las informaciones relacionadas con cuentas y clientes titulares de fondos procedentes de infracciones penales».

El fiscal justificó la tardanza de las actuaciones en que la legislación suiza no permite abrir una investigación basada en datos que han sido robados, por lo que ahora buscan esas pruebas de forma legal. Y remarcó que, aunque en esta fase inicial el proceso se dirige solo contra la entidad, este podría extenderse a las personas que se identifiquen como responsables de los hechos, que se enfrentarían a penas de hasta cinco años de cárcel.

Hasta el momento, el HSBC solo estaba bajo la lupa de las autoridades judiciales de otros países, como Estados Unidos, Francia o Bélgica, donde se expone a fuertes multas en caso de que se prueben los hechos que se le imputan. A esta cruzada se sumó la semana pasada, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que anunció que ha dado instrucciones a la Abogacía del Estado para que estudie la posibilidad de iniciar acciones legales contra la entidad si hay indicios de que facilitó la evasión fiscal de contribuyentes españoles. Pero, frente al minucioso examen al que se le estaba sometiendo en los países que se sentían víctimas de sus prácticas, el banco había permanecido hasta ahora blindado en territorio suizo, donde apenas había recibido algún apercibimiento del regulador de los mercados. Hasta ayer.

El HSBC se defendió asegurando, a través de un comunicado, que «coopera de manera continuada con las autoridades suizas desde que hemos tenido conocimiento del robo de datos en el 2008, y seguimos haciéndolo». Apunta, además, que la entidad ha cambiado totalmente su estrategia comercial y ha depurado su cartera de clientes.

Más duros con el denunciante

Más activa había sido hasta ahora la Justicia suiza en su persecución a Falciani. El exinformático del HSBC, que recopiló durante años información de los clientes de la entidad, fue acusado de robo de datos por las autoridades del país helvético que, tras interrogarlo y ponerlo en libertad, reclamaron posteriormente su extradición a Francia y España. La Audiencia Nacional denegó la entrega por su colaboración en la lucha contra el blanqueo de capitales.

El banco se enfrenta a una fuerte multa y sus responsables, a penas de cárcel