El Eurogrupo aumenta la presión sobre Grecia para que acepte una prórroga del rescate

La Voz EUROPA PRESS | EFE

ECONOMÍA

FRANCOIS LENOIR | Reuters

Alemania y Austria se mantienen inflexibles en la negociación con el Gobierno de Tsipras, al considerar que no ha cambiado en absoluto su postura

16 feb 2015 . Actualizado a las 18:45 h.

Los ministros de Economía de la eurozona y la Comisión han presionado este lunes al nuevo Gobierno griego para que acepte una nueva prórroga del actual rescate y sus correspondientes condiciones, que vence el próximo 28 de febrero, con el fin de dar más tiempo a negociar un nuevo programa sin quedarse sin cobertura de la UE.
La petición del Eurogrupo choca con la postura de Atenas, que se opone a pedir una extensión por considerar que ello significaría perpetuar la austeridad contra la que se han pronunciado los votantes. Reclama en su lugar un 'programa puente' que permita revertir las medidas que considera más antisociales y aligerar la carga de la deuda.

 «Desde el punto de vista de la Comisión, el camino más realista es la prórroga del actual programa, permitiendo más tiempo para la negociación», ha dicho el vicepresidente de la Comisión para el Euro, Valdis Dombrovskis, que considera que la extensión podría ser de entre dos y seis meses. «Pero también está claro que hay una flexibilidad limitada por lo que se refiere a las condiciones del programa», ha avisado. «Es importante lograr un acuerdo lo antes posible porque el programa acaba a finales de febrero. Pero en primer lugar necesitamos una señal de las autoridades griegas de que están dispuestas a prorrogar el programa, tienen que pedirlo y comprometerse a concluirlo con éxito», ha dicho Dombrovskis.


También el Gobierno francés, considerado próximo a las tesis antiausteridad de Grecia, ha defendido la prórroga del rescate. «La buena solución, la solución que garantiza a vez seguridad y permite tener tiempo para discutir un nuevo programa es la extensión del programa actual, en condiciones respetuosas con los compromisos y el programa del Gobierno actual», ha defendido el ministro de Finanzas galo, Michel Sapin, a su llegada al Eurogrupo.«No ha llegado el momento de discutir un nuevo programa», ha asegurado Sapin.

Alemania y Austria, inflexibles

Alemania y Austria siguen inflexibles con Grecia, al considerar que no ha cambiado en absoluto su postura negociadora, mientras que Francia y otros socios, así como la Comisión Europea abogan ante el Eurogrupo por una extensión del programa de rescate de entre dos y seis meses. 

A su llegada a la reunión de los ministros de Finanzas de los diecinueve países que comparten el euro, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, dijo hoy que «el Ejecutivo heleno aparentemente no se ha movido ni un ápice» de su postura en los últimos días. «Eso no es ya una cuestión de negociaciones, sino una de decisiones que tiene que tomar Grecia sobre lo que realmente quiere hacer» y sobre «el camino que quiere andar para recuperar en algún momento la confianza de los mercados», sostuvo Schäuble. «No tengo que pensar en absoluto en opciones, sino en que a finales de febrero expira el programa (de rescate a Grecia) y que éste debe cumplirse. Si es una cuestión de tiempo y uno quiere cumplirlo, entonces podemos pensar en qué podríamos hacer», subrayó. Pero «si el Gobierno griego no quiere ni siquiera un programa, entonces tampoco tengo que pensar en opciones», zanjó.
El ministro austríaco de Finanzas, Hans-Jörg Schelling, explicó que para llegar a un acuerdo con Atenas hay que tener en cuenta dos fechas clave, de las que una es la disolución del Parlamento finlandés por las elecciones en abril próximo.«Si no hay una respuesta hasta entonces tengo entendido que el Parlamento solo puede volver a tomar decisiones en mayo y eso es demasiado tarde», advirtió. 
Para Schelling, hay tres condiciones para Grecia por parte de la eurozona, que empiezan por «no poder hablar de un nuevo programa sin que el actual haya finalizado». «Cuando en la vida privada uno no puede devolver un crédito, uno no va al banco a insultar al director y a dictarle las condiciones», censuró el austríaco. Por otro lado, sobre la reducción del superávit primario (sin el pago de intereses) comentó: «no es una cuestión de si lo queremos o no, sino si se garantiza aún la sostenibilidad de la deuda». En tercer lugar, reiteró que «una quita como la que quiere Grecia no es aceptable para los Estados miembros».