El empleo llega a los mayores de 45

Gabriel Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

MARCOS CREO

Diez mil gallegos por encima de esa edad consiguieron colocarse el año pasado por su experiencia laboral, que les permite ocupar puestos eventuales sin tener que ser formados

15 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Algo está cambiando en el mercado laboral. Los mayores de 45 años, señalados junto a los ninis durante un lustro como los grandes paganos de la crisis, empiezan a ver cómo las empresas les abren de nuevo las puertas. De los 433.900 empleos que se crearon en España durante el último año, más del 80 % se los llevaron trabajadores por encima de esa edad, según los datos de la última encuesta de población activa. La tendencia es todavía más acusada en el caso de Galicia, donde a pesar de que el conjunto de la economía no consiguió generar nuevos puestos de trabajo en el 2014, sí lo hizo para este colectivo, que sumó diez mil ocupados.

«La explicación que le encontramos es que, por el tipo de empleo que se crea, principalmente en los servicios, con mucha rotación y alta inestabilidad, se está contratando a personas que ya tenían una experiencia previa en el sector», explica Antón Arias, presidente de la comisión de relaciones laborales de la Confederación de Empresarios de Galicia.

En la misma línea apunta Jesús del Castillo, director de márketing de la agencia de colocación Nortempo, que remarca que los empleadores «valoran el conocimiento de estos candidatos en el manejo de las herramientas de trabajo y el hecho de que suelen ser más meticulosos y efectivos». «La experiencia es un grado», resume, y cuando la empresa necesita con urgencia un profesional para cubrir alguna vacante temporal, opta antes por un trabajador ya experimentado al que no tenga que formar. «Una cuestión de eficiencia», asegura. Eso, y las ayudas para la contratación de este colectivo, que nunca viene mal algún aliciente económico.

«Solo las personas que han pasado por el mercado laboral antes de que este fuese precarizado pueden acreditar un cierto grado de experiencia hoy en día», analiza Maica Bouza, secretaria de Empleo de CC.?OO., que recuerda que, mientras tanto, «los jóvenes se encuentran totalmente taponados».

Más flexibles

Pero no es la experiencia la única cualidad que diferencia a los trabajadores veteranos, como prefiere llamarlos Aziz Zaghnane, directivo de Lee Hecht Harrison, la consultora de recolocación del grupo Adecco, que concluye que «son mucho más flexibles que el candidato júnior, porque en la mayoría de los casos ya no tienen niños a su cargo», lo que les permite adaptarse a horarios que no facilitan la conciliación familiar, y hasta están más abiertos a cambiar de residencia si es necesario.

Incluso a la hora de buscar empleo su estrategia es diferente. Con carreras largas, lo normal es que hayan trabajado en varias empresas, han acumulado contactos y, por tanto, tienen más puertas a las que llamar. Pero, además, lo hacen con más insistencia. «Ante una oportunidad de empleo se vuelcan y hacen más seguimiento de sus candidaturas», explica Del Castillo, que añade que no se limitan a colgar su currículo en Internet, sino que aún son de los que lo llevan en mano y preguntan qué puede haber para ellos. No venden proactividad, la practican.

Claro que la necesidad ahoga y las empresas lo saben. «Quien tiene mayores cargas familiares está más predispuesto a aceptar determinadas condiciones», apunta Arias, que admite que el margen para negociar es escaso: «La oferta lleva aparejada un sueldo y, quien necesita el trabajo, lo acepta». «Para quien cobraba 30.000 euros en su último empleo y ahora está en paro, es muy complicado volver a colocarse con esas condiciones», secunda Del Castillo.

Estrategias de recolocación

Ruptura o continuidad. Esas son, según Aziz Zaghnane, las dos vías para retornar al mercado de trabajo. Y los veteranos optan, casi siempre, por la segunda, ya que cuentan con menos margen para reciclarse y «son mucho más conservadores». Además, cuando pueden elegir, la mayoría prefieren el ambiente más relajado y la estabilidad de la pyme a la competitividad extrema de la gran empresa. Y siempre hay un último recurso para quien no encuentra un trabajo por cuenta ajena: el autoempleo: «Primero, porque los veteranos suelen contar con un porfolio de contactos y clientes potenciales para arrancar el negocio y, segundo, porque en muchos casos cuentan también con el capital con el que han salido de su anterior empleo».