Navantia hará con un astillero asiático petroleros para un armador español

Beatriz García Couce
beatriz couce FERROL / LA VOZ

ECONOMÍA

José Pardo

La compañía espera firmar en breve la obra, que prevé repartir entre Ferrol y Cádiz

12 feb 2015 . Actualizado a las 18:21 h.

Un cuarto de siglo después de que se fabricasen los últimos petroleros de sello español, Navantia está a punto de firmar con un armador nacional la construcción de navíos de este tipo -entre uno y cuatro- que realizará en alianza con un astillero asiático. En un pacto inusual hasta ahora en el país, aunque frecuente para otras factorías europeas y americanas, la empresa pública española ha optado por unir esfuerzos con las plantas asiáticas, líderes indiscutibles en la construcción de buques mercantes, para poder presentar una oferta competitiva en coste y plazo.

El interés del armador por fabricar los barcos en España obligó a Navantia a buscar un modelo de negocio que le permitiera atender ese requerimiento, imposible de asumir en solitario, ya que lleva fuera de ese mercado 25 años y no cuenta con diseños de última generación.

Aunque por el momento no ha trascendido ni el nombre del astillero con el que ha presentado la oferta en alianza ni tampoco el del armador -las cláusulas de confidencialidad son cada vez más frecuentes en el sector naval- sí lo ha hecho que Navantia utilizará el diseño de un petrolero tipo Suezmax de la factoría asiática, que también suministrará la mayor parte de materiales y equipos. La compra de componentes en países low cost es uno de los objetivos que se recoge en el plan de trabajo diseñado por los astilleros públicos españoles para el período comprendido entre el 2014 y el 2018, con el objetivo claro del ahorro de costes para lograr que la empresa sea más competitiva.

La compañía que preside José Manuel Revuelta es consciente de que para poder ganar contratos como el que está a punto de sellar, el precio y el plazo son los factores determinantes. Y son los astilleros de Japón, Corea y China los que copan la práctica totalidad de este mercado. Unirse a una factoría líder mundial en la construcción de petroleros le permite utilizar un diseño ya probado, en el que están basados buques de última generación que están en operación actualmente, lo que le posibilita acortar los plazos de fabricación y asegurarse las prestaciones ofertadas. Por otro lado, la alianza también le ayuda a reducir los costes. Los grandes astilleros asiáticos fabrican anualmente series de varias unidades de un mismo tipo de barco, por lo que cuentan con acuerdos de compra de materiales a precios más ventajosos que aquellos que únicamente construyen un buque aislado.

Navantia confía en que este modelo de negocio le permita introducirse en este nuevo mercado en el que aspirar a conseguir otros pedidos.

Reparto de trabajo

El trabajo del encargo del armador nacional, que según la empresa pública se podría cerrar en breve, se repartiría entre los astilleros de la ría de Ferrol y de la bahía de Cádiz, que son los que tienen más necesidad de ocupación, aunque parte también se realizará en Asia.

En los años previos a la sequía de pedidos que ha afectado a las factorías de Navantia, la compañía estuvo volcada en la construcción de barcos militares. Las limitaciones al sector civil -solo podía conseguir contratos en este mercado que no superasen el 20 % de la facturación total de la empresa-, copado desde hace décadas por los astilleros asiáticos, propició el abandono de este segmento de actividad por parte de las plantas españolas, que ahora, ya sin restricciones, se plantean recuperar.

Iberdrola adjudica nuevos pedidos de su parque Wikinger, en el que también participa Fene

Iberdrola dio ayer un nuevo empuje al proyecto de construcción del parque eólico marino Wikinger, que impulsa en aguas alemanas, una obra que ha generado sendos pedidos para Navantia: la fabricación de 29 jackets en la antigua Astano y de la estructura de una subestación eléctrica en la factoría de Puerto Real (Cádiz). La eléctrica adjudicó al grupo italiano Prysmian un contrato valorado en 60 millones de euros para la construcción del cableado del parque eólico marino, que incluye el diseño, la fabricación, la instalación y la realización de las pruebas de funcionamiento de más de 80 kilómetros de cables submarinos de 33 kilovoltios (kV) en este recinto.

El cableado que se va a instalar conectará la subestación de Wikinger con los aerogeneradores del parque, y se trata de uno de los aspectos más complejos que conlleva una instalación marina, ya que deben de ser instalados en profundidades de hasta 45 metros. Prysmian dispone de dos barcos con la última tecnología para la instalación de cableado submarino: el Giulio Verne y el Cable Enterprise, que han sido modernizados recientemente.

En primavera

Mientras que la empresa continúa adjudicando encargos de la parte de la obra entre su red de subcontratistas, la antigua Astano se prepara para el inicio de los trabajos de fabricación de los jackets. De acuerdo con las previsiones que ha trasladado la empresa pública a los representantes de los trabajadores, las tareas se iniciarán la próxima primavera. Supone la introducción de Navantia en la eólica marina y generará ocupación para unos 400 empleados durante el año y medio en el que se ejecutará el pedido.

Al menos una empresa auxiliar -Nervión- colaborará en este contrato, que está presupuestado en 90 millones de euros. En la elaboración de los jackets, conjuntamente con Navantia, participará la asturiana Windar Renovables. En alianza, ambas firmas compiten por otros encargos del sector.