Grecia «no se someterá a ningún chantaje» tras la decisión del BCE

Afp ATENAS

ECONOMÍA

El Gobierno heleno celebra hoy la primera sesión del nuevo parlamento, tras conocer la decisión del BCE de recortar una de las vías de financiación de los bancos griegos

05 feb 2015 . Actualizado a las 11:24 h.

 

Grecia «no quiere chantajear a nadie pero tampoco tiene la intención de aceptar ser sometida a un chantaje», ha dicho  este jueves una fuente gubernamental griega después de que el BCE decidiera recortar una de las vías de financiación de los bancos griegos.

La misma fuente aseguró que «la liquidez de los bancos griegos está garantizada completamente» gracias a otros canales que siguen disponibles y estimó que la decisión del Banco Central Europeo constituye «una presión» para forzar un acuerdo entre Grecia y sus acreedores sobre la deuda.

Estreno parlamentario

El parlamento de Grecia se ha reunido hoy por primera vez desde las elecciones legislativas del 25 de enero. «Esta sesión se declara abierta», dijo el vicepresidente Yiannis Tragauis, mientras los 300 diputados se preparaban para tomar juramento de sus cargos. Está previsto que el primer ministro, Alexis Tsipras, se dirija a los diputados de su grupo parlamentario a las 13.30 hora peninsular española.

El BCE informó ayer de que deja de aceptar los bonos emitidos o garantizados por Grecia en sus operaciones de refinanciación. Los bancos griegos podrán acceder sin embargo a la liquidez a través del Banco de Grecia, mediante el programa de provisión urgente. El consejo de gobierno del BCE tomó la decisión, según Efe, en la reunión que mantuvo a última hora de ayer en Fráncfort y después de que el presidente, Mario Draghi, se entrevistara con el nuevo ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis. «La suspensión está de acuerdo con las normas del Eurosistema existentes, porque en este momento no es posible asumir una conclusión satisfactoria del programa en revisión», añadió el BCE en un comunicado. 

Tras la entrevista entre el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker,  y el flamante primer ministro griego, Alexis Tsipras, este había salido muy optimista. El líder de Syriza trató de tender puentes con las instituciones europeas para facilitar las negociaciones duras que se avecinan en torno a qué hacer con su abultada deuda (175 % del PIB): «Respetamos las reglas de la Unión Europea. Queremos corregir este marco, no destruirlo», aseguró Tsipras en un claro guiño a sus socios. 

Y es que ni su complicidad con Matteo Renzi, ni las palabras de François Hollande, garantizan el apoyo de la UE a su programa. Tsipras intenta atraer a su bando a los aliados más poderosos porque sabe que la batalla será dura.