Un recurso que llevó a los palangreros gallegos a dar la vuelta al mundo

La Voz

ECONOMÍA

El embarque de Galicia en la pesca de pez espada no llega hasta los 70, cuando la extensión de las zonas económicas exclusivas obligó a la flota a encontrar alternativas

27 ene 2015 . Actualizado a las 04:48 h.

No es casual que los investigadores de Canadá, Venezuela, Estados Unidos, España, Brasil, Sudáfrica y Grecia hayan estado liderados por un canadiense: John Neilson, de la estación de biología de Saint Andrews y presidente del grupo de pez espada en la Iccat. Porque si Galicia tiene un enorme peso en esta pesquería -llevan su firma el 25 % de las capturas mundiales-, en cuestión de historicidad no hay quien supere a Canadá y a EE. UU. Hay evidencias arqueológicas de que los indígenas de esas tierras capturaban pez espada. Lo hacían con arpón. Y ese aparejo siguió protagonizando la pesquería más importante del Atlántico hasta mediados del siglo XX, cuando se generaliza el uso del palangre y este desplaza al arpón. El embarque de los gallegos El embarque de Galicia en la pesca de pez espada no llega hasta los 70, cuando la extensión de las zonas económicas exclusivas obligó a la flota a encontrar alternativas. Algunos encontraron ese sustitutivo faenando entre Fisterra y las Azores. En los 80, la flota gallega ya estaba tanto en el norte como en el sur del Atlántico y en los 90 empieza a pescar en el Pacífico (hoy hay allí 40 barcos). En el 93 copa todos los océanos al llegar al Índico en pos del pez espada. Hoy son en torno a 200 barcos y lo que está minando su supervivencia no es la sobrepesca y el declive del stock, que ya está recuperado. Su principal problema ahora es la falta de sostenibilidad económica por las imposiciones de Bruselas de no poder cortar a bordo las aletas de tiburón.