Soy empresario, y si tú me ayudas a mí, yo te ayudo a ti

ECONOMÍA

BNI, una red empresarial integrada por más de 7.000 grupos, es una nueva fórmula de hacer negocios pero con las bases de siempre

03 mar 2015 . Actualizado a las 17:16 h.

Cuentan que en Estados Unidos los currículos de los emprendedores engloban también la lista de fracasos que cada uno de ellos lleva a la espalda. El cierre de una empresa o la muerte de un proyecto concreto no se tratan como puntos negativos en su historial profesional. Todo lo contrario. Ejemplo de ello es Ivan Misner, un estadounidense considerado como el padre de las redes empresariales modernas. Ideó Business Network International (BNI) después de perder a uno de sus mayores clientes. Ocurrió en 1985, y fue entonces cuando pensó que si él ayudaba a otros empresarios a conseguir clientes, ellos también lo podían ayudar. ¿Cómo? Con una simple presentación. Es más fácil vender un producto si alguien te presenta que si llamas a una puerta sin conocerle de nada a la persona que está detrás. Fue entonces cuando Misner puso en marcha BNI, una red empresarial integrada hoy por más de 7.000 grupos localizados en 58 países. De ellos, 111 están en España. En Galicia, hay tres en Vigo y cuatro en Pontevedra, Tui, A Coruña y Santiago. Estos dos últimos están a punto de comenzar su andadura. Un grupo lo integran una media de 25 empresarios. Cada uno de un sector diferente, por lo que entre ellos no hay competencia. Se reúnen un día a la semana (entre el martes y el viernes) y a horas muy tempraneras. Entre las 6.30 y las 7.30 de la mañana, con la idea de que estas reuniones no interfieran en su actividad diaria. El encuentro se prolonga durante una hora y media aproximadamente, y está totalmente estructurado y preparado. Tratan, entre otras muchas cosas, del intercambio de nuevos contactos o de sus necesidades para emprender un trabajo. «¿Quién conoce a...?», «Necesito localizar a alguien que pueda realizar una...». Son frases que bien pueden escucharse en cada una de esas reuniones. Se promueven cursos de formación y encuentros bilaterales que permiten conocer a fondo a los compañeros de viaje. Para entrar en uno de los grupos de BNI se necesita que otro empresario presente al interesado, que además ha de pasar una especie de evaluación para saber si tiene ciertas características. Si es así, se integra en el grupo. Una vez en él, se le exige cierto grado de compromiso, ya que su compañía no puede dejar de estar presente en las reuniones. Si el directivo no puede acudir por un imponderable, puede delegar en algún miembro de su empresa. Se calcula que cada grupo genera al año un volumen de negocios cerrados tras las referencias dadas por ellos de entre 1 y 1,5 millones de euros. Una cantidad que, sin parecer escandalosa, no es nada desdeñable para las pequeñas y medianas empresas que son las que suelen agruparse en el entorno a estas redes de negocio. Cada miembro paga una cuota de 500 euros al año. Y cada grupo tiene una responsable, que a su vez depende de una líder de área (en el caso de España cada área puede coincidir con la comunidad autónoma). La empresa que dinamiza los grupos en Galicia es Origami Soluciones, representada por Susana Gómez, quien a su vez está vinculada con la central de Madrid. Esta especie de tela de araña que se teje en este networking propicia que cada uno de los miembros de los grupos encuentre un contacto en cualquier parte del mundo, a la que se accede a través de una plataforma informática. BNI podría definirse como una empresa de empresas. Se trataría de una compañía matriz, en torno a la que se agrupan otras sociedades en régimen de franquicia (se corresponderían con las empresas dinamizadoras). BNI es una nueva fórmula de hacer negocios pero con las bases de siempre. Si tu me ayudas, yo te ayudo. Si tú me das una carta de presentación para ganarme un cliente al que tú conoces, yo lo tendré en cuenta en el futuro. Con estos principios se funcionó en el mundo de los negocios ayer, y así sigue funcionando hoy. Pero de manera más profesionalizada.