Los somalíes acusados de atacar un atunero dicen que estaban buscando un náufrago

redacción / la voz / agencias

ECONOMÍA

La vista contra los seis acusados comenzó ayer en la Audiencia Nacional.
La vista contra los seis acusados comenzó ayer en la Audiencia Nacional. fernando villar < / span>efe< / span>

Uno de los supuestos piratas se negó a declarar porque desconfiaba de la traducción que hacía la intérprete

20 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Si el 10 de octubre del 2012 había seis somalíes en un esquife a 350 millas de la costa del país no era porque tuviesen intenciones de asaltar algún buque, y menos al atunero Izurdia, con el que coincidieron en esa fecha y en ese lugar. Si estaban en ese punto del océano Índico era porque habían salido a buscar a un compatriota que había caído al mar. Es la explicación que dieron cinco de los seis somalíes que están siendo juzgados en la Audiencia Nacional como supuestos autores del ataque, hace 26 meses, al atunero vasco. Los cinco negaron ayer su participación en los hechos, cualquier vínculo con la piratería, que llevasen armas a bordo y, por supuesto, cualquier tipo de asociación criminal.

En eso coincidieron los cinco. Cinco, porque el sexto se negó a declarar. Lo hizo en protesta por haberle sido rechazada su petición de que fuese sustituida la traductora de somalí que intervenía en el juicio, al discrepar de cómo estaba realizando su trabajo, informó Efe.

No es eso lo que cree la fiscal del caso, Susana Landeras, que está convencida de que se trata de los seis piratas que intentaron secuestrar al atunero vasco Izurdia y que fueron detenidos al día siguiente, el 11, al ser interceptados por un buque de guerra holandés de una misión de la OTAN. Por eso pide en sus conclusiones provisionales 18 años y medio de prisión para cada acusado o alternativamente 16 y medio dependiendo de si el tribunal aprecia que integraban una organización o un grupo criminal, respectivamente.

Persecución

Para la fiscal, los acusados pertenecían a un grupo de acción pirata organizado, y persiguieron durante 30 minutos al atunero con una embarcación pequeña con la que navegaban a gran velocidad y desde la que abrieron fuego contra el atunero con ametralladoras y fusiles de asalto.

El ataque del barco pirata fue repelido por los agentes de seguridad privada del atunero, que activaron el protocolo previsto e impidieron el abordaje.

Un día después, un buque de guerra holandés detectó a los procesados aún a bordo de la citada embarcación, y consiguió detenerlos con tres ráfagas de fuego de advertencia. Antes de detenerse, los procesados arrojaron las armas al mar, por lo que a bordo de la pequeña embarcación que empleaban solo se hallaron motores, cuchillos y herramientas, cuerdas y víveres, siempre según el relato de hechos de la fiscal que han negado los acusados, que han asegurado que no forman un grupo pirata y algunos han señalado que eran pescadores. Los procesados han asegurado en la vista que pararon la embarcación cuando les dispararon desde el barco militar y al ver helicópteros.

En octubre del 2012, el Defensa entregó a la Audiencia Nacional a los seis piratas somalíes detenidos, que fueron trasladados a España a bordo de un avión de la Fuerza Aérea Española, procedentes de Yibuti.