El BCE podría gastarse hasta medio billón en deuda pública

mercedes mora REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

El Eurogrupo asegura que la salida de Grecia del euro «no está en la agenda»

10 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Paso a paso. Sin prisas, como es su costumbre. El presidente del BCE, Mario Draghi, está cada día más cerca de apretar el gatillo de las compras masivas de deuda. Esas que tan buen resultado le han dado a la Reserva Federal. A estas alturas, con la soga de la deflación pendiendo sobre la cabeza de la vieja Europa, ya nadie duda de que el italiano dará el paso definitivo. Y pronto. Tanto que si no es en el consejo del próximo 22 de enero, será en marzo. Las reuniones de la autoridad monetaria han dejado de celebrarse el primer jueves de cada mes y ahora serán cada seis semanas.

La únicas dudas residen ahora en cuándo lo hará, cuánto se gastará y qué tipos de bonos comprará. Hace ya más de un mes que Draghi puso a los técnicos del BCE a trabajar para tenerlo todo preparado llegado el momento de disparar su bala de plata. Y los primeros frutos de esa labor ya están sobre su mesa.

El consejo de gobierno de la institución conoció este miércoles los detalles de los diferentes planes que han diseñado los expertos de la entidad. Así lo aseguraba ayer la agencia Bloomberg -una auténtica biblia para los mercados-, que citaba fuentes presentes en esa reunión. Al encuentro asistieron, además de los técnicos encargados de realizar la presentación, los presidentes de los 19 bancos centrales nacionales de la zona euro y los seis miembros del directorio del BCE.

Según la información facilitada por esa fuente, la autoridad monetaria podría llegar a gastarse hasta medio billón de euros en la compra de bonos (flexibilización cuantitativa que la llaman los expertos).

Los expertos del BCE plantearon que la entidad adquiera únicamente bonos con la máxima nota de solvencia (la famosa triple A) o bien que compre deuda pública de países con una calificación mínima de BBB-. Es decir, dentro del grado de inversión. Por debajo de esa nota, todo es especulación. Grecia y Chipre están en ese saco. Pero bien podría el BCE hacer una excepción -como hasta ahora-. Eso sí, siempre y cuando sigan sometidos a los dictados de la troika. En este sentido, el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, aseguró ayer que «la salida de Grecia del euro no está en la agenda» y que negociarán «con normalidad» con el Gobierno que salga de las urnas.

Riesgos compartidos

También llevaban en la cartera modelos cuyo importe no llega al medio billón de euros. Con objetivos de gasto mensuales.

Y fórmulas para que no sea el BCE el que cargue solo con el mochuelo. Planes que reparten el riesgo entre la autoridad monetaria y los bancos centrales de cada país. Para ganarse el favor de Alemania.

La Reserva Federal puso fin en octubre a seis años de estímulos monetarios, con los que inyectó cuatro billones de dólares (unos 3,3 billones de euros) en la economía. En el punto álgido de esta estrategia llegó a gastarse 85.000 millones al mes.