Los exiliados económicos, ¿han vuelto por Navidad?

Albino Prada
ALBINO PRADA PROFESOR DE ECONOMÍA DE LA UNIVERSIDAD DE VIGO

ECONOMÍA

En los últimos siete años, 1,8 millones de jóvenes han dejado de ser población activa en España

07 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Les propongo reflexionar sobre aquel famoso anuncio en el que unos padres esperaban como agua de mayo la llegada de las fiestas navideñas para recibir la visita del hijo que, por vivir lejos de la casa paterna, imaginamos no podría hacerlo con frecuencia. La pregunta es: en lo que llevamos de crisis, ¿cuántas familias más se encuentran en esta situación? ¿Cuántos jóvenes han tenido que abandonar el país por no encontrar unas mínimas opciones laborales dignas?

Centraremos nuestra atención, para contestar esa pregunta, en la población española de entre 16 y 34 años, que es la que más margen personal tiene para tomar una decisión de este tipo y cuenta hoy con un nivel formativo medio o alto. Los datos oficiales entre el 2007 y el 2014 nos indican que el número de parados entre esas edades habría aumentado en algo más de un millón de personas, pero estos jóvenes aún residían en España.

Sin embargo esos mismos datos nos dicen que otros 1.779.000 jóvenes españoles habrían dejado en los últimos siete años de formar parte de nuestra población activa. La mayor parte habrían emigrado al extranjero obligados por el desplome de la población ocupada y el aumento del desempleo. Son exiliados económicos. Jóvenes que en el 2007 se encontraban disponibles para trabajar en España y ahora no.

No se habla mucho de ellos (salvo en casas de sus familiares y no solo en Navidad). ¿Por qué motivo? Porque suponen una válvula de escape que nos evita tener millón y medio de parados más en España, evita enfrentarnos a un fracaso colectivo sin paliativos (que convertirá en insostenible nuestros sistemas de protección social) y por eso algunos lo envuelven llamándolo movilidad y no emigración o exilio económico forzoso.

Una eufemística movilidad que, además, supone ceder a otras economías una media de capital público invertido en cada uno de ellos de unos 100.000 euros. Válvula de escape más fracaso y despilfarro colectivo, mientras algunos sostienen -con estas alforjas- que ya estamos saliendo de la crisis.

No es extraño que en una reciente encuesta a jóvenes de países europeos sean los españoles los que en un mayor porcentaje valoran la emigración como la única salida a su situación, porque son los que menos confianza tienen en su país a la hora de buscar un trabajo. Las estadísticas del INE sobre migraciones confirman que la tendencia es creciente entre los españoles y es así que el exilio continuará en el 2015 favoreciendo el maquillaje de las cifras de desempleo.

No ayudará a frenar esta sangría una tasa de paro juvenil campeona en Europa a pesar de esta válvula de escape. Tampoco ayuda la prolongación de jornada laboral entre los ocupados (en forma de horas extra muchas veces no remuneradas), o la prolongación de la vida laboral previa a la jubilación. Porque si a eso sumamos que en España las rentas no salariales se llevan una parte mayor, y creciente, de la tarta (mientras invierten menos que en Francia o Alemania), este exilio económico me temo que va a seguir acompañando durante mucho tiempo a nuestra optimista recuperación.

análisis la emigración por motivos laborales