Mantiene su plan de cerrar en enero las fábricas de A Coruña y Avilés
16 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.El tiempo sigue corriendo en contra de los trabajadores de la multinacional del aluminio Alcoa. Especialmente para los 800 que se reparten a partes más o menos iguales entre las plantas de A Coruña y Avilés. Ellos pasarán a engrosar las listas del paro en enero si en lo que queda de este mes no ocurre casi un milagro: que la compañía se adjudique bloques de energía a precios más baratos que los de mercado en una subasta en la que competirá con otras empresas. La puja todavía no ha sido convocada y mientras tanto la dirección continúa negociando con los sindicatos de las dos factorías la aplicación del expediente de despido colectivo para el 100 % de las plantillas. Las centrales volvieron a reclamar ayer que el ERE de extinción quede de nuevo en suspenso, al menos hasta que no se conozca el resultado de la subasta. Pero la empresa no quiere oír hablar de retraso alguno en la tramitación del expediente laboral, que oficialmente se prolongará hasta el 9 de enero. Eso sí, se compromete a retirar el ERE si finalmente consigue los bloques de energía bonificada. Precisa dos de 90 megavatios, uno para A Coruña y otro para Avilés, para continuar produciendo aluminio a precios competitivos. Sin esos incentivos, subraya la compañía, las dos factorías entrarían en pérdidas dado que los costes de producción aumentarían un 20 %.
Los comités de empresa de las fábricas de A Coruña y Avilés tenían ayer una nueva cita con la dirección de la multinacional para continuar las negociaciones del ERE. El encuentro se celebró esta vez en León, a medio camino entre Madrid, Galicia y Asturias. La reunión duró seis horas, pero poco se habló de la propuesta de despido colectivo. ¿De qué entonces? Nazario Arias, presidente del comité de A Coruña, explicó que habían discutido durante toda la tarde sobre la composición de la mesa negociadora. Los gallegos quieren que las conversaciones sean por separado, esto es, el comité de A Coruña por un lado, y el de Avilés, por otro. ¿Por qué? «Somos centros diferentes, nos segregaron hace unos meses», explicó Arias. Aunque pertenecen a la misma multinacional, esta acordó separar las fábricas como instalaciones independientes unas de otras. Esta decisión es en la que se amparan ahora los representantes sindicales para reclamar negociaciones también por separado. Pero Alcoa tampoco quiere saber nada de esto -las reuniones serían en cada centro de trabajo-. De hecho, la próxima cita con los comités será el lunes próximo y en Madrid. Aunque no están de acuerdo, los representantes de A Coruña seguirán participando en la ronda de contactos.
El jueves, manifestación
Pero, hasta el lunes, Arias tiene estos días una apretada agenda para intentar salvar los empleos en Alcoa. Hoy tiene previsto reunirse con el alcalde de A Coruña, Carlos Negreira. Además, está preparando la segunda gran manifestación que vivirá la ciudad herculina en contra del cierre de la factoría. Será este jueves y desembocará ante la sede que Red Eléctrica de España (REE) posee en A Coruña. El operador del sistema eléctrica fue el encargado de llevar la subasta en la que la multinacional se quedó sin megavatios bonificados.
Además, mañana miércoles, BNG, PSOE y Foro por Asturias (el partido de Francisco Álvarez Cascos) interpelarán al ministro de Industria, José Manuel Soria, sobre las consecuencias de la subasta de interrumpibilidad y le pedirán que dé una solución que evite el cierre de las fábricas de A Coruña y Avilés.
Megasa
Por otro lado, la siderúrgica Megasa, otra de las empresas que concurrieron a la puja (es otra industria con gran consumo energético que precisa de incentivos para producir a precios competitivos), convocó ayer al comité para presentarles oficialmente su propuesta de ERE. Sin embargo, no trascendió nada de la reunión. La dirección les había avanzado que el expediente no tenía que ver con la subasta. Sin embargo, esta empresa fue una de las que recurrió la orden ministerial que regula la puja.