El xeito pesca apoyos en Bruselas

espe abuín REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

<span lang= es-es >...Y los de antes</span>. Foto histórica de pescadores del xeito cosiendo los aparejos.
...Y los de antes. Foto histórica de pescadores del xeito cosiendo los aparejos.

Doce marineros, dos patrones mayores y un alcalde, encabezados por los nacionalistas Ana Miranda y Daniel Rodas, fueron a la capital belga a defender un arte practicado en el Medievo

08 dic 2014 . Actualizado a las 17:53 h.

Era aún más martes que miércoles cuando Adolfo Muíños, alcalde de Rianxo, cerró la maleta que preparó para irse a Bruselas. Un par de mudas, gorra para dar un quiebro al frío y una amplia batería de armas: las que iba a emplear en la defensa de un arte rianxeiro por antonomasia. Algunas, como las latas de xoubiña, envasadas, como no, en Cortizo, la conservera del pueblo, cayeron ya a la primera de cambio. Fueron baja requisadas en el control del aeropuerto de Oporto (en Galicia hay tres y fue imposible encontrar un vuelo directo a la capital belga), víctimas de la intransigencia insobornable de los funcionarios del Sa Carneiro, la misma que se quedó el gel de baño de Juan Manuel Outeiral, otro xeiteiro, este de Cabo de Cruz, que formaba parte de la delegación de marineros que el BNG guio por los pasillos de los vigilados palacios comunitarios.

Así que no llegaron a Bruselas las panderetas de xoubiña (aunque sobrevivieron las latas más pequeñas (una se la quedó el italiano Marco Affronte), pero pasaron las instantáneas que atestiguan que el xeito en Rianxo no es de anteayer. «O meu avó xa ía ao xeito, despois foi meu pai, e agora eu», explicaba Miguel Tubío, xeiteiro de Rianxo a Hubert Gambs y a Fabrizio Donatella, los altos funcionarios de la Comisión Europea que escucharon atentamente las explicaciones de los xeiteiros sobre un arte ancestral, selectivo, sostenible y, sobre todo, perfectamente regulado.

Desde principios de los 90 están definidas sus dimensiones, su empleo, su horario, su forma de calamento? Y aunque Donatella tumbó ese argumento de que haber nacido en el siglo XIV y haber llegado hasta ahora no es garantía de sostenibilidad aludiendo a la histórica pesca de ballenas, que no por antigua es aceptable, desde la delegación se le recordó que esa caza la hace un país tan ecológico y sostenible como Noruega.

Pero el arma más importante fue la red de Rubén Lago, vicepatrón mayor de Redondela. Veinte kilos de aparejo para dinamitar la visión errónea de los hacedores de leyes comunitarios. Que pesaba 20 kilos lo sabe Ana Miranda, portavoz del BNG en el Parlamento Europeo, que facturó la maleta en la que dio el salto de Galicia a Bruselas la red de xeito. Porque lo que está claro es que quien redactó la propuesta de reglamento que la Comisión Europea hace al Parlamento y al Consejo para prohibir las redes de enmalle a la deriva no había tenido delante jamás una red de xeito. «¡Matar delfíns! ¡Que vai isto matar delfíns!», exclamaba Miguel Ángel Ucha, xeiteiro de Redondela, al tiempo que mostraba cómo con un simple tirón fuerte desgarra el nailon? Al contrario, «os delfíns veñen a comer peixe ás nosas redes». Hay jornadas de faena que las pasan casi enteras golpeando con los remos, haciendo ruido para ahuyentar a los arroaces. «Antes os mirabas de vez en cando, no verán, en setembro, pero agora están todo o ano». Y, desde luego, nunca uno ha muerto atrapado en la red.

La batalla que llevó a la capital belga a los xeiteiros comenzó en junio, cuando el Ejecutivo comunitario lanzó la propuesta. Pero no fue hasta septiembre cuando el xeito se supo víctima colateral de la ofensiva que Bruselas había lanzado contra las redes de enmalle a la deriva, las que actúan a modo de cortinas de la muerte y que capturan desde atún o palometa a tortugas, albatros o delfines. Y lo supo cuando estaba lidiando otra batalla: la que los mantuvo parados siete semanas porque se prohibió la pesca de sardina y, con el xeito, de tan selectivo que es, no se puede pescar otra cosa. Se les prohibió pescar sardina y no se les permitió acogerse a las ayudas por paralización temporal porque, según Madrid, tienen otras alternativas, como puede ser el marisqueo, o los trasmallos o cualquier otra arte (puede ser hasta cinco) que tengan en su pérmex. Pero esa alternancia está estudiada, no obedece a un capricho. Y el calendario de los xeiteiros está perfectamente cuadrado y organizado.

Cuando los marineros tomaron conciencia del peligro que se cernía sobre una red que constituye su principal sustento pidieron explicaciones a la Xunta, que les confirmó una amenaza de la que no se había informado al sector simplemente por no alarmar.

El miércoles, la Comisión confirmó que habían recibido información de lo que es el xeito. Sobre qué pesca, cuánto mide, cómo se usa y, sobre todo, cuántos barcos la emplean y viven de ella. Porque, como reveló Marco Affronte, el que tendrá que guiar el informe de opinión de la Comisión de Medio Ambiente, en Bruselas solo tenían noticia de que estaban afectados 20 barcos por la posible supresión del cerco. Conocer que se quedarían sin sustento 427 embarcaciones de pesca artesanal fue todo un descubrimiento para muchos diputados.

«Eu tiña que estar a traballar»

Que hayan tenido que ser ellos mismos quienes explicasen a la Comisión y a los eurodiputados el peso socioeconómico (500 parados más en Rianxo, según calculó Muiños) de esta ancestral y mal catalogada red de enmalle a la deriva es algo que indigna a los marineros: «Eu tiña que estar a traballar, non aquí; aquí tiñan que estar os nosos gobernantes», expuso Rafael Varela, de Cambados. Y estaban. Mientras los xeiteiros mostraban su arma de trabajo a Affronte (Renata Briano, la ponente de Pesca participaba en ese momento en una comisión), Pilar Rojo y otros miembros del partido que sustenta al Gobierno gallego, como Jesús Gamallo, se encontraban a apenas unos metros de distancia, congregados por la sesión del Comité de las Regiones.

Pero, al menos, a la delegación no le cabe duda de que el viaje ha servido para algo. «Esta batalla ímola ganar», auguró la nacionalista Ana Miranda. Un optimismo que compartían los marineros, que regresaron con la sensación de haber convencido con sus argumentos a favor de un arte sostenible.

Han regresado con ánimos renovados para afrontar la siguiente batalla: la de hacer que el Gobierno les vuelva a autorizar a pescar sardina, dado que Madrid, en el plan que ha aprobado para la pesca de esta especie para los próximos tres años, ha dado en exclusiva al cerco el privilegio de pescar sardina. Así que ahora no es Bruselas la que se quiere cargar el folclore popular, sino que la ofensiva llega de Madrid, que, por ahora, no autoriza a que as lanchas do xeito, traian sardiñas a eito.